Evolution Band es la agrupación de Rock alternativo que ha logrado formar junto a cinco talangueños que residen en España. La primera melodía como agrupación denominada “No Me Rendiré” está por salir al público este próximo verano.
Hace unos meses ofreció un concierto benéfico para recaudar fondos a favor del Comedor Infantil Jireh, el cual funciona en su tierra natal Talanga.
Tegucigalpa. Dos libras pesó al nacer siendo asistido por una partera. Por su diminuto cuerpecito la cobija en que fue envuelto resultó enorme, era tan pequeño que hasta se hacía difícil tomarlo en brazos. Un niño rubio y de cara angelical que no daba esperanza de sobrevivir, pero que con amor y los cuidados de su familia logró días después mostrarse como un milagro de la vida.
Así comenzó su recorrido por el mundo, un artista emergente hondureño, alma creativa de la banda, el que pone los cimientos para cada presentación. Es el músico que con los acordes de su guitarra rítmica resalta su participación como vocalista de la banda Evolution Band que ofrece su talento en tierras europeas.
Un hondureño que reside en España desde hace más de una década, y que junto a cinco compatriotas más buscan unir a las bandas catrachas para transformar vidas de la mano de la solidaridad.
La tierra donde dejó el ombligo es la ciudad de Talanga, luego de nacer el 26 de junio de 1985, ciudad que tiene tres años de no visitar, pero que Víctor Alfonso Mendoza Carías siempre mantiene entre sus planes a futuro y que se esfuerza por engrandecer a través de sus acciones a favor de sus compatriotas.
Y es precisamente en la música donde ha encontrado el espacio para honrar a los hondureños con mayores necesidades generando conciertos benéficos al ritmo del Rock alternativo.
Es además uno de los hijos de Honduras que se siente orgulloso de su tierra natal, territorio que considera que es precioso y con mucho que ofrecer, rico en gastronomía y con gente valiosa, de buen corazón.
Un niño de barrio de los 80´s
Las tardes de juego en el campo cercano a su casa, del compartir entre vecinos, y de colaborar con las labores de casa son los recuerdos que resaltan en la memoria de Víctor al narrar algunos momentos de su niñez.
“Jugábamos con mis vecinos y amigos hasta cansarnos en un campito enfrente de mi casa, después de la escuela, hasta que nuestros padres nos llamaban para ir a cenar”, dijo Mendoza.
De su vida infantil también guarda celosamente entre sus recuerdos el cobijo y protección que le ofrecieron sus abuelos paternos Elvia Azucena Armijo y Alfonso Mendoza, pues al cumplir un año de edad quedó bajo su cuidado.
“Soy el mayor de mis hermanos de sangre de mis padres: Maritza Suyapa Carías Velásquez (Q.D.D.G)y Alfonso Roberto Mendoza Armijo, y el menor de mis hermanos de crianza, “mis hermanos son personas trabajadoras y luchadoras”, aseguró.
Por esta razón, quien más que su abuelita Elvia para contar parte de su vida, “Víctor era un pequeñín que le damos gotitas de líquido para que pudiera tragar, pensábamos que no sobreviviría, fue hasta los dos meses que ya se podía tomar en brazos”.
“Era un niño muy guapo y tremendo en la escuela. Ahora está alcanzando muchos triunfos y su vida empieza. Espero que Dios siempre me le ayude para que pueda ayudar, y que trabaje para que pueda vivir feliz y contento. El Señor dice que los dones son para ponerlos al servicio de los demás, que los dones no son para esconderlos”, dijo quien sin duda alguna es su fiel y más importante seguidora.
La anécdota del caballo
Según contó Víctor, en una ocasión, siendo niño su padre lo montó a una yegua, sin imaginar que el animal de un momento a otro saldría en veloz carrera como consecuencia de los ladridos de los perros de una casa vecina, obligándole a galopar como todo un jinete a lo largo de una cuadra.
“A pesar de que estaba pequeño no me caí y desde ese momento supe que sería un buen jinete, y en vez de temerles me hice amante de los caballos”.
De igual manera, del ganado vacuno ya que su abuelo se dedicaba a la cría de vacas y toros, así como a las labores del campo, “cuando no estaba estudiando le ayudaba a mi padre con su ganado”.
En la escuela aprendió de las artes escénicas
En las aulas del Centro de Educación Básica República del Ecuador, uno de los centros educativos más insignes de la ciudad de Talanga, aprendió de las artes escénicas de la mano del profesor Carlos Amador.
Y es que desde pequeño aseguró que le gustaban los escenarios y por esta razón se enlistó para formar parte del grupo de teatro del centro educativo donde cursaba la primaria “anduvimos haciendo presentaciones en varias aldeas y colegios y ahí perdí el miedo al público”.
Pero también recordó que en sus años de escuela formó parte del grado más rebelde que había en su centro educativo el cual estaba a cargo de la profesora Ondina Arguijo “ella fue además mi vecina y se le quiere como familia, pero para mala suerte le tocó aguantarnos”.
Luego al llegar a la secundaria en el Instituto Gubernamental Técnico Brassavola Digbyana siempre buscando su pasión artística forma un grupo de baile junto a Juan Miguel Rodríguez y Luis Fernando y Rafael Perdomo López, agrupación que los llevó a representar a su centro de estudios en un intercolegial de baile.
Unos años después su amigo Juan Miguel Perdomo incursiona en la música como cantautor y “yo le apoyaba en especial cuando se trataba de baladas que era lo que a mí me gustaba”.
Socorrista de Cruz Roja
Siendo un adolescente de 15 años, Víctor se enlistó para integrar la primera generación de socorristas de la filial 16 de Cruz Roja hondureña. Esta decisión le llevó a aprender no solo de primeros auxilios, pues la formación teórica y práctica lo llevaría a experimentar hasta el entrenamiento militar, ya que los instructores que le formaron eran uniformados del Batallón de las Fuerzas Especiales de La Venta, Francisco Morazán.
De esta experiencia de vida además aprendió a palpar de cerca el amor al prójimo, a entregar un servicio sin espera de recompensa, y a amar a personas que se sumaron a su vida siendo compañeros socorristas.
“Dos años de servicio logré ofrecer en Cruz Roja, aunque uno nunca deja de ser un socorrista. Lo que más me gustaba era la convivencia y la entrega de cada uno. Nos convertimos en familia”, aseguró.
En ese entonces “Dagoberto Moncada (Q.D.D.G) era el presidente de la filial y Gustavo Mendoza, mi primo hermano era el vicepresidente, de compañeros Andi Larios, los hermanos Carmindo y Darío Raudales, Fernando Amador, Julio Salgado, Roy Nasar, y Said que es el presidente actual de Cruz Roja filial Talanga”, agregó.
De cada una de estas personas, según el talentoso artista aprendió a sacar el lado más humano para ayudar a los demás, parte de esto como legado de su entrañable amigo Dagoberto que ya goza de la presencia de Dios.
“Lo que aprendí de Dagoberto fue el compromiso para con el pueblo de Talanga. Fue una persona admirada y querida por nosotros, y gracias a su enseñanza sigo pensando en ayudar a mi pueblo”, dijo.
Su encuentro con la música
Desde muy pequeño en el barrio Las Crucitas, de la ciudad de Talanga, “frente a la casa donde vivía estaba la casa de mi padrino Francisco conocido como “Chico” y el hijo de él de nombre Dennis le gustaba el rock entonces junto a otros niños nos ponía a hacer sonidos con cucharas y vasos.
Años después otro de los hijos de “Chico” que se llama Elmer llegó con una guitarra y así entre juego y fascinación por la música empezó a cantar ya no solo en el barrio, sino que en el parque de su comunidad junto con sus amigos Gerson Alonso, quien ahora es pastor evangélico, Alex y Yurgi Espinal, Andi y Luis Martín.
“En aquellos tiempos nos juntábamos para ir a dar serenatas a las novias o amigas, pero no era nada profesional, pues lo hacíamos con lo poco que habíamos aprendido”.
Luego al llegar a España “me metí a clases de guitarra y ahora estoy en clases de canto”.
Su canción preferida es ´Sin Ti No Se Continuar´ de Coda, una de las bandas más reconocidas del rock en español, melodía que espera en un tiempo cercano cantarla junto con su banda.
Migrante
México, luego Estados Unidos y desde hace 17 años en España han sido los países en donde ha palpado la condición de ser migrante como parte de un proceso en busca de nuevas y mejores oportunidades.
Es en Girona, ciudad española con esencia acogedora de los pueblos donde reside Víctor hasta donde llegó para ser acogido por la familia de su hermana Damaris Mendoza “yo agradezco y quiero mucho a mi hermana y su familia por todo lo que han hecho por mí”.
En esta ciudad con mucha cultura e historia es en donde ha encontrado las oportunidades laborales en el área de la construcción de interiores, luego de aprender este oficio cuando vivió en Estados Unidos.
“Por suerte trabajo en algo que disfruto mucho haciéndolo, acá me encontré con personas que me han ayudado mucho en el trabajo, y luego al llegar a mi casa luego de descansar y compartir un tiempo con mi familia procuro ensayar con mi guitarra”, reveló.
Banda entre familia y amigos
Evolution Band es la agrupación de rock alternativo que ha logrado formar junto a cinco talangueños que residen en España. Su primera melodía como agrupación denominada “No Me Rendiré” está por salir al público.
Entre los integrantes esta su hermano Alejandro Mendoza que es bajista, Miguel Espinoza también bajista, David Galo en la batería, Gerardo Callejas en la guitarra eléctrica, Jonny Callejas guitarra rítmica y como segunda voz, Belkis Romero.
“Nosotros no somos músicos profesionales tocamos por hobby y para ayudar a los demás. Los instrumentos con que contamos no ha sido fácil adquirirlos porque aquí son caros”, dijo.
Todos los integrantes de esta nueva agrupación nunca antes habían participado en grupos musicales y a la fecha han realizado cuatro presentaciones de gran acogida del público.
“Hemos tocado en Olot, y aquí en Gerona. Tocamos Rock alternativo. Nuestra primera presentación fue en la boda de uno de mis mejores amigos y luego ya decidimos continuar con el fin de apoyar causas benéficas”, enfatizó.
De acuerdo con Belkis Romero, la voz femenina de la banda, Víctor es un luchador de sueños, persistente, con talento tanto en la música como en la actuación. Además de ser un gran amigo, responsable y honrado, altruista que disfruta lo que hace.
“Él (Víctor) quiere poner su granito de arena en dar a conocer la parte buena de la migración de esta gran comunidad hondureña en España (Girona), estoy muy orgullosa de él”, expresó la también destacada artista hondureña con sangre talangueña.
También amplió sobre la experiencia que vivió la banda y el público durante el primer concierto benéfico que organizaron, pues el día del evento les tocó montar desde el escenario hasta la venta de las bebidas.
Y los amigos cercanos fueron otra ayuda importante, pues todos eran colaborando sin esperar nada a cambio, “todas las entradas se vendieron, llegaron personas desde diferentes partes de la provincia quienes cantaron y aplaudieron nuestras actuaciones,!esperando pronto volver a repetir!”.
Sueños que comienzan a cumplirse
Los momentos difíciles no han estado alejados de la vida de Víctor, pues según confió por causa de las malas decisiones y la debilidad que generó en él la adolescencia experimentó la dureza de la calle, el alcohol y las drogas.
Pero, con algunas experiencias logró recapacitar y comprender que para “no entorpecer nuestra juventud hay que retirarse a tiempo del mal camino para alcanzar nuestros sueños” y uno de sus más grandes anhelos además de ayudar a los demás es llegar a tener su propia hacienda, “mi sueño es tener mi propia hacienda con ganado y gracias a Dios voy bien encaminado”.
También se ha trazado como meta que su música sea la bandera para realizar conciertos benéficos como sucedió con lo recaudado para el Comedor Infantil Jireh, que alimenta a niños de bajos ingresos, en su municipio, y que en un principio apoyó con lo que logró recaudar con las aportaciones de sus amigos.
Y es que a través de un chat digital logró recaudar en pocos minutos un monto de casi 400 euros.
“Al conocer que un donativo menor no afectaba el bolsillo de nadie se me ocurrió la idea de juntar a la banda para dar un concierto y que todo lo que se recaudara fuese destinado al Comedor Infantil, y así logramos un importante donativo, ya tenemos pensado realizar otra presentación para otra institución¨, agregó.
Según Víctor, aunque han comenzado ayudando a obras sociales del municipio donde nació no cierran la posibilidad de extender sus ayudas a cualquier parte del país.
Sus amores
Lleva tres años de relación con su actual pareja Cherry Motiño, “una morena preciosa que me enamoró con su lindo corazón y la forma de tratarme a mí y a los míos”.
Pero antes de ella, conoció al más grande amor que son sus dos hijos Bridghet Mendoza y Hendrix Mendoza, fruto de dos relaciones anteriores.
La madre de Bridghet se llama María Kathy Cáceres, una mujer que según Víctor merece su respeto y admiración por su coraje para enfrentarse a la vida. “Lo mismo con la mamá de Hendry, pues es una gran persona, ambas son un ejemplo”.
Por su parte, sus retoños además de ser su debilidad paterna, según su apreciación son dos adolescentes con gran madurez, que se han vuelto su apoyo emocional y les admira porque lo respetan y aman sin condición.
En ese mismo camino de hacer las cosas bien invitó a la juventud a no desperdiciar “su vida en el alcohol y las drogas en general, que luchen por sus sueños, que nada es imposible, que todo lo que uno se propone se puede lograr siempre guiado por Dios”.
Mi respeto y admiración, dejando huella. éxitos y bendiciones siempre Bro 🙏👏👏👏
Es de mucho agrado saber que los hondureños y hondureñas dentro y fuera de nuestro pais sobresalen con su talento. Pero ademas, es satisfactorio darnos cuenta que uniendose han reforzamos los lazos de amistad y son solidarios con los demas. Victor, siga adelante con su banda y desde su tierra le deseamos muchos exitos.