Pablo Rubio, el mejor competidor de alto rendimiento de Honduras

La participación en más de 50 triatlones representa su legado. En dos ocasiones en el Iroman de Hawai, con excelentes resultados.  Además ha competido en Estados Unidos, Brasil, España, Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Panamá y Colombia, por más de un ocasión en cada país.

Estudió la carrera de ingeniería civil, en el Tecnológico de Monterrey, México.  Además posee un máster en administración de empresas, gestión de la tecnología otorgado por INCAE Business School.

Tegucigalpa. Descubrió su potencial interior, su fortaleza física y mental siendo un niño. Y desde su primer contacto con la vida deportiva se apasionó con el bombeo de su corazón, elevado al máximo.

También aprendió a disfrutar de la experiencia que desencadena el sentir como cada musculo de su cuerpo llega al límite, y recargándose mientras se supera el dolor físico que puede desencadenar una competencia de alto rendimiento.

Fue a los siete años cuando Pablo Enrique Rubio Ponce se encuentra con la vida deportiva, primero con la natación. En esta disciplina destacó entre los mejores, logrando unas 12 medallas de oro a nivel individual, además de imponer marcas nacionales practicando este deporte olímpico.  

Desde aquellos años sus participaciones en la vida deportiva nacional e internacional no han parado, entrenando durante meses, dedicando horas de esfuerzo y sacrificio para alcanzar sus objetivos, y vaya que lo ha logrado, pues con un poco más de madurez, a los 24 años decidió poner a prueba su resistencia y vitalidad en una disciplina de alto rendimiento a la par de los mejores del mundo: el Ironman en Hawai.

En una segunda ocasión, en 2023, volvió a representar a Honduras en la competencia internacional en Cambridge, Estados Unidos, quedando en el 13 lugar de su categoría.

En la actualidad está a punto de completar 48 años de una imparable carrera deportiva, siendo el único atleta que ha persistido en una disciplina multideportiva.

Al recorrer su trayectoria cualquiera pensaría que Pablo no hace otra cosa más que los entrenos, pero mayor mérito está en que ha sido saber compaginar su vida deportiva, con la laboral y familiar.

A nivel profesional ostenta los títulos de  ingeniero civil con un master en administración de empresas y ha logrado conquistar una amplia trayectoria en la industria de seguros y en diferentes puestos gerenciales.

Un adolescente cruzando el Lago de Yojoa

Empezó a nadar en el Country Club, y desde 1977 participaba en competencias internacionales, “en 1986 donde tuve mejores tiempos, una de mis principales pruebas de natación”

“Llegué a imponer record nacional en  los 400 metros combinados, y quien domina o llega a sobresalir o a mejorar en esa prueba, pues puede mejorar cualquiera de las otras”, expresó el destacado atleta nacional.

Como parte de esos marcajes y experiencias únicas en 1984 cruzó el Lago de Yojoa, desde el sector sur hacia el norte, “y aunque llegué como antepenúltimo, era el menor todos con 14 años. El diploma dice 20 kilómetros sin parar, pero quizás fueron como 18 y fracción”.  

Lo volvió a hacer en 2009, ósea 25 años después, pero en esta ocasión desde el sector norte del Lago de Yojoa hacia el sur.

Competidor

En 1994 con 24 años participa por primera vez en el Ironman de Hawai, ubicándose en el puesto 18 de su categoría, y en el escalón 232 de más de 2 mil 500 competidores.

“El Triatlón de Hawái de 226 kilómetros ha sido la razón por la que tomé este deporte”. Son 4 kilómetros de natación o 3.9, 180 de ciclismo y el maratón de 42.2

Desde aquel año a la fecha, su nombre ha estado inscrito en más de 50 triatlones. Ha competido en Estados Unidos, Brasil, España, Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Panamá y Colombia, en diversas ocasiones en cada uno de esos países.

“Estoy por cumplir 48 años de entrenar y competir, entrenando 10 horas a la semana o más, no sé si alguien más de Honduras lleve esta misma trayectoria”, manifestó.

Desde aquella primera vez en competencia, Pablo aseguró que sigue sintiendo la misma adrenalina, “me da mucha gratitud por lo que el cuerpo me da, y sobre todo compartirlo con mi familia”.

Su mejor posición en triatlón la alcanzó en el Campeonato Iberoamericano de Triatlones en donde logró ubicarse en el puesto número 77.

“En definitiva es mi verdadera pasión en el deporte y aun puedo aprender de ello, sobre todo en la preparación, porque a veces a uno se le olvida la edad”, dijo.

También reveló que ha enfrentado no solo momentos de gloria ya que en cada reto siempre aparecen obstáculos, algunos físicos como le sucedió en 1994 en Hawai, “mientras iba en la bicicleta y llevaba como 140 kilómetros más o menos de los 180 kilómetros que son”, cuando por la posición difícil que mantenía saltó un fuerte dolor en la espalda baja, en la zona lumbar que le resultaba intolerable.

“Tuve que bajarme de la bicicleta y estirarme para ver si merecía la pena seguir, o si estaba en condiciones de continuar, esta ha sido la única vez que me he bajado de la bicicleta por dolor, ese fue un tiempo en el que estaba todavía, pues de novato, y aprendiendo, pero, pues así es esto, hay que saber lidiar con la paciencia y con el dolor físico”, expresó.

Entre sus últimas competencias, destacó su participación en el Triatlón Hombre de Hierro, en Cambridge, Maryland, EEUU,  en 2023, esta ruta comprendía 226 km: 4 de natación, 180 de ciclismo y 42.2 de carrera. La categoría en la que participó fue de 50-54 años, quedando en el 13 lugar de 116 de su categoría, 117 de 826 entre los hombres en todas la categorías y 207 entre 1 mil 94 participantes entre mujeres y hombres.

12 horas de entreno a la semana

Hoy en día entrena según la disponibilidad del tiempo, pero confió que lo hace rendir lo máximo posible. Son 12 horas a la semana “ya cuando la competencia se acerca, pues es posible que suba un poco más”.

Para él, un triatleta debe tener constancia, disciplina y buena actitud, “porque eso es lo que te ayuda a tener paciencia”.

En caso de que le tocara elegir entre natación, pedalear o correr dijo que estaba un poco difícil, ya que la respuesta es cerrada “yo creo que por unos cuatro centímetros escogería natación”.

A la par de las horas de ejercicio físico trata de mantener una dieta saludable evitando los alimentos ultra procesados “que es básicamente por salud”, y tratar de dormir temprano.

Su aliado externo permanente: la bicicleta

Las patinetas, Go kart y la bicicleta han sido su deleite desde que estaba pequeño, pero para las competencias siendo un atleta de uno de los deportes más duros su aliada perfecta es la “bici”.

Son unas 19 bicicletas las que ha logrado adquirir a la fecha, para las competencias dispone de tres: una para tierra y veredas, la de ruta que es con la que entrena en pavimento y la aerodinámica para las competencias de Iroman, “porque es cómoda y permite estar de la mejor manera para cortar la fuerza del viento y para seguridad”. 

Agradecimiento que perdura

Los recuerdos que le han heredado sus participaciones deportivas son miles, pero siempre le quedan algunos que persisten en el tiempo por su impacto y este es precisamente lo que representa la ayuda que recibió de una competidora que no ha vuelto a encontrarse.

“En la competencia de Ironman Texas, se me pinchó la llanta en dos ocasiones, en la primera la pude cambiar con el repuesto, pero ya en la segunda me era imposible, estaba lejos del lugar de la meta o de una zona de asistencia mecánica, entonces de pronto pasó una señora como de 65 de años y le pregunté si tenía algún repuesto y me cedió su neumático, y así puede cambiarlo para continuar y terminar la competencia”, recordó.

Después de ese momento no logró volver a encontrarse con la solidaria participante a quien le hubiese encantado ofrecerle sus muestras de agradecimiento ya que “su sacrificio mereció la pena, pues eso es algo muy difícil de olvidar, porque en competición es despojarse de algo para ponerse en riesgo uno mismo o comprometer la finalización del evento”.

Grandes competidores tienen su admiración

A nivel deportivo en ciclismo admira a Gregory James "Greg" LeMond, ciclista de ruta exprofesional de Estados Unidos, que ganó dos veces el Campeonato Mundial de Ciclismo en Ruta y el Tour de Francia tres veces.

En su lista de competidores que le fascinan por sus logros deportivos a nivel del atletismo mencionó a  las corredoras de la tribu Tarahumara “mujeres que corren con huaraches o sus sandalias, y pese a que les ofrecen zapatillas de alta tecnología las rechazan, y ganan ultra maratones, es decir, carreras de 50, 80, 100 kilómetros”.

En la natación dijo que siempre le sorprendió Michael Phelps, exnadador estadounidense, considerado como el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos, con un total de 28 medallas de oro.

A nivel nacional el deportista que más admira es Clovis Morales, primer abanderado hondureño en Juegos Olímpicos, atleta, militar, docente, miembro de la Selección del Mundial 82.

El control de su día a día

Al despertar lo primero que salta sobre sus pensamientos es como lograra cumplir con el plan del día, considerando las horas de sueño y su descanso, pues en su agenda está presente su actividad profesional, deportiva y familiar.

Y para lograrlo confió que solo requiere de hacer uso de sus fortalezas como; la disciplina, la tenacidad, y la capacidad de análisis, pero cuando no entiende o comprende algo siempre recurre a la investigación o las consultas con los expertos.

Sin embargo, su día, como norma desde siempre, ha iniciado a temprana mañana, incluidos los fines de semana, ya que la vida deportiva demanda de entreno permanente, sumado a las responsabilidades con sus hijos Luciano, de 15 años y Giana de 10 años. 

Con la madre de sus hijos ha logrado conformar un sólido matrimonio, pues lleva 19 años de casado “a mi esposa la conocí en una institución financiera”.

Su mayor ejemplo: su papá

Pablo Enrique Rubio Ponce, nació el 22 de enero de 1970. Profesa la religión católica, creció en Tegucigalpa, aunque nació en San Pedro Sula,  pero por circunstancias de trabajo de su padre, un reconocido ingeniero, pasó unas temporadas en la capital.

En aquellos primeros años de vida  le fascinaba andar en patineta, aunque nunca compitió en esta área deportiva, también disfrutaba de los momentos en Go kart por diversión junto a sus hermanos.

Su mayor sueño desde que tiene uso de razón ha sido vivir en el campo, tener varios perros como mascotas, algo que siempre lo mantiene presente, pero cree que a su edad está un poco difícil cumplirlo.

Otro gran sueño que mantiene presente, pero a nivel profesional, es un pregrado en criminología, ya que le fascina el mundo de  la investigación criminal.

También quiso seguir los pasos de su padre en todos los sentidos, “siempre quise ser como él, me gustaba era la capacidad de trabajo, la inteligencia de mi papá y tampoco lo he alcanzado”.

Momento familiar difícil que logró superar

Siendo un adolescente de 14 años se enfrentó a un duelo difícil de procesar. Su madre Regina Antonia Ponce Turcios falleció en 1984 en un trágico accidente, en el que también perdió la vida una de sus hermanas.

A partir de ese momento le tocó enfrentarse a la separación de sus dos amados papás, quienes siempre habían permanecido juntos “la desgracia del accidente vial afectó o debilitó la funcionalidad de nuestra familia, pero continuamos”.

“Como hermanos éramos cuatro del matrimonio, quedamos tres, y yo soy el segundo, pero luego mi padre en su viudez volvió a formar un hogar y nació otra hermana que se llama Marcela”, confió.

Su hermano mayor es Juan Carlos, quien nació tres años antes que él, luego nace Pablo y al año siguiente llega el nacimiento de su hermano Ricardo, y después seguía su hermana (QDDG).

En 2013 se enfrenta de nuevo a la despedida física de otro de sus grandes ejemplos de vida, ante la muerte de su padre Pablo René Rubio Rodríguez (QDDG).

Por su desempeño en el mundo del triatlón Pablo se ubica entre los competidores de élite en ruta de larga distancia y ha mantenido a Honduras en las listas de los mejores competidores del mundo.

De interés

El triatlón es una prueba multideportiva que combina tres disciplinas: natación, ciclismo y carrera. En las competencias internacionales la jornada se extiende durante 10 horas sin parar.