Entre los clientes que ha atendido con gran acierto destacan las animadoras de los equipos profesionales de béisbol Los Marlins y Miami Dolphins. También ha peinado a la rapera estadounidense de ascendencia dominicana Katrina Laverne Taylor, más conocida en el mundo del espectáculo como Trina.
Uno de sus más grandes sueños es crear un programa como tutora y formadora de los talentos emergentes en Honduras, dirigido a personas sin recursos económicos que deseen emprender, en especial para madres adolescentes y mujeres solteras.
Tegucigalpa. Su mejor maquillaje es su sonrisa y su arte embellecer a las personas a quienes también les transmite su felicidad permanente.
Sumándoles dosis de positivismo mientras les asiste con el cuidado del cabello, una de sus pasiones cuando de ejercer su trabajo se trata.
Hair Culture Day Spa es el lugar donde a diario Melissa Carolina Lezama Calderón eleva con gran orgullo la bandera hondureña, un reconocido centro de estética ubicado en la ciudad de Pembroke Pines, Florida, Estados Unidos.
En este lugar está por alcanzar un año de servicio en el área de la cosmetología profesional, atendiendo a clientes de diversas nacionalidades y sectores.
Entre los clientes destacados que ha tenido la fortuna de atender se encuentran las animadoras de los equipos profesionales de béisbol Los Marlins y Miami Dolphins. También ha peinado a la rapera estadounidense de ascendencia dominicana Katrina Laverne Taylor, más conocida en el mundo del espectáculo como Trina.
Sin embargo, uno de sus más grandes sueños es crear un programa gratuito como tutora y formadora de los talentos emergentes en Honduras, dirigido a personas sin recursos económicos que deseen emprender, en especial para madres adolescentes y mujeres solteras.
Talento que se forjó siendo niña
De acuerdo con la destacada cosmetóloga su amor por este tipo de arte despertó en ella desde que era una niña al observar a sus familiares cercanas con sus cabellos arreglados y maquilladas.
Sus muñecas, sus primos y su abuelo paterno fueron sus primeros modelos de corte de pelo "bueno nadie estaba a salvo conmigo… yo misma me corté el cabello tantas veces".
Como parte de sus vivencias infantiles en torno a la cosmetología recordó que siendo niña su abuelo que era uno de los más reconocidos locutores del país, Marco Tulio Lezama, para lograr que permaneciera callada mientras el grababa su programa le permitía que le cortara el cabello y lo maquillara.
"Así que el hombre con mejor conocimiento de béisbol en Honduras, haciendo su programa en radio, con su amoy (como me llamaba) me dejaba maquillarlo con sombras azules y verdes y sin pelo que peinar… pensándolo bien fue mi primer cliente ja, ja, ja, ja", contó.
Luego mientras era una jovencita de 16 años convenció a sus padres para que la inscribirán en un curso de cosmetología, y su mamá le dejaba peinarla "es gracias a mi mamá que hago tan buenos secados porque ella me dejaba peinarla. Le agradezco mucho por llevarme aquella mañana de sábado e inscribirme en lo que sería mi pasión", agregó.
Formación constante
Para ella no hay satisfacción más grande que irradiar felicidad a otros, en especial a mujeres que le solicitan su trabajo, por lo que de manera permanente busca perfeccionar las facciones de sus clientes a través del maquillaje y los peinados.
Por esta razón, se especializó en el uso de productos que embellecen la apariencia física, al cursar primero estudios en la escuela técnica obteniendo el grado de cosmetóloga y luego la licenciatura en cosmetología.
Además, de manera consecutiva se inscribe en cursos para aprender nuevas técnicas de maquillaje, cuidado y tratamiento del cabello y en el área de la estética facial y corporal, con el fin de ofrecer lo mejor a sus clientes, aplicando su filosofía de hacer las cosas bien desde un principio, agregando amor y dedicación.
El trabajo de sus sueños
A su trabajo le dedica la mayor parte del día y si es necesario a petición de los clientes en sus días libres "yo las trato a todas como mi única clienta. Aunque solo sea un corte o lo más mínimo todas se llevan el mismo servicio".
Pero lo más maravilloso para Melissa es que mantiene el trabajo de sus sueños y es real, ya que ella conoció la estética donde labora siendo ella una de las clientas del lugar "desde que llegué a Hair Culture Day Spa me dije aquí voy a trabajar una vez saque mi licenciatura".
Pero aplicó al contar con la licencia y leer un anuncio de plazas vacantes en este importante lugar, por lo que envió su hoja de vida aplicando como aprendiz del arte de la cosmetología y fue aceptada, "mi jefa Wendy Matovelle se tomó un chance grande en mí, depositó su confianza y me dedicó su tiempo libre para darme las armas para volar como ella cariñosamente me decía cuando estaba lista para tomar mis propios clientes".
Las compañeras de trabajo también fueron sus cómplices al recibirle con mucho entusiasmo. "Continúo aprendiendo de ellas. Son las mejores estilistas que conozco. Son mi familia fuera de casa y las amo. Son mi inspiración, hacen unos trabajos bellos, y yo espero llegar ahí".
Sus motores de vida en el extranjero
De acuerdo con Melissa la vida en Estados Unidos no es para los débiles de corazón, porque es de una lucha constante, pero lo cierto es que hay muchas oportunidades, "pero requieren de mucho sacrificio, trabajo y consistencia.. no se puede parar".
Enmedio de todos los buenos momentos que ha podido forjar, y encontrar en el país extranjero sobresale la familia que ha construido junto a su amado esposo Eric John Paul Rodríguez, con quien lleva 13 años de conocerse y 9 años de vida en pareja.
Con su compañero de vida se conocieron siendo compañeros de trabajo "fuimos compañeros por un buen rato y sin saberlo nuestras historias eran muy parecidas. Y se desenvolvían así. Sin saberlo. En cuanto lo descubrimos nos convertimos en mejores amigos, cómplices, paños de lágrimas y luego novios".
Luego de la convivencia de más de una década juntos describe a su esposo como su ser humano preferido, un ser virtuoso, trabajador y que no le tiene miedo a nada. "Soy muy afortunada de tenerlo porque es mi mayor porrista, siempre está en mi esquina, siempre me está alentando. Lo amo, lo admiro, lo respeto. Es el más guapo de todos, es mi mejor amigo y mi amor".
De este amor bonito nacieron Aidan Omar Calderón Rodríguez, de 17 años, Logan John Paul Calderón Rodríguez, de 10 años, y Donovan Antonio Calderón Rodríguez, de cinco años, los tres retoños que son su principal motor y fuerza en la vida, ellos además son el corazón, los latidos y la sangre que le hacen seguir adelante.
"Son mis amores, `My little amors' como cariñosamente les llamo. Son la gasolina. Estoy muy orgullosa de los tres. Cada uno tiene virtudes, dones, cosas buenas y otras que me vuelven loca, pero que hacen de ellos identidades únicas que yo valoro mucho. No los cambiaría por nada. Los amo como son y trato de criarlos como me criaron a mí".
Y son sus hijos los que le han regalado los días más felices de su vida, esa misma felicidad solo la pudo percibir cuando se casó. También algo parecido a esa felicidad la vivió al graduarse y al ser contratada en su trabajo como cosmetóloga y cuando logró comprar su casa antes de cumplir sus 30 años.
Amores de toda la vida
Karen Calderón y Benjamín Lezama son sus padres, hondureños que con esfuerzo formaron a tres hondureños de bien, ella y sus dos hermanos; Alexis que es la primera hermana que llegó a su hogar, y su hermano menor Christopher.
Según Melissa, ella llegó a los brazos de sus papás cuando eran muy jóvenes por lo que les tocó madurar a temprana edad y de esa experiencia que vivieron sus progenitores aseguró que atesora grandes lecciones de vida que utiliza todos los días como una ensalada deliciosa.
También mostró su admiración por su madre en el área de cocina y además su mamá "tiene un lugar en mi corazón que nadie puede tocar. Después tenemos a mi padre… ah mi padre… mi papa es mi primer amor. Es mi mejor amigo. Mi hombro para llorar, mi respaldo, es mi todo".
De su padre, de acuerdo con Melissa recibe las fuerzas para ser una mujer fuerte e independiente, pues siempre se lo inculcó "gracias a él soy una feminista, creo mucho en nosotras las mujeres, creo que todo lo podemos porque así me crio mi padre. Tal cual que me enseñó a conducir un camión de 18 ruedas como prueba de fuego antes de dejarme conducir Ja.ja.ja.ja. ja".
Agregó que ella es una 'daddy’s girl' aún a sus más de 30 años, la que defiende y protege con garra y uña a su papá, su cómplice, consejero y paño de lágrimas. " Es un padre que puedo llamar cuando no sé qué hacer como madre, y me da su sabio consejo. Lo llamo cuando no sé qué hacer como esposa. Lo llamo cuando necesito tomarme un trago y desahogarme o simplemente reír con él. Hombre trabajador y fiel que lo dan todo a quien lo necesita".
En su vida también jugaron un rol importante sus abuelos paternos Marco Tulio Lezama y Lesbia de Lezama con quienes pasó su infancia, debido a que sus papás decidieron migrar y establecerse en Estados Unidos mientras iniciaban trámites legales para sus retoños.
"Mis padres querían darme una mejor vida y por eso mis abuelos paternos me criaron, pero luego de que falleciera mi abuelo y que enfermera mi abuela ella les pidió a mis padres llevarme con ellos", confió.
Al mismo tiempo, reveló que su abuelo Marco Tulio Lezama le enseñó a ser noble, a querer, a ser increíblemente persistente y "me enseñó hasta como arreglar cables rotos, es mi héroe".
De su abuela Lesbia de Lezama, contó que fue una mujer de clase, reservada, que emanaba amor. "Me llenó tanto de amor que hoy hasta tengo para compartirlo con mis hijos. Aprendí de ella a ser una madre compinche… como diría mi papá, a ser una madre que lo perdonaba todo porque el amor era lo más importante".
No sin antes ampliar que tuvo la niñez más feliz que se puede imaginar, ya que permaneció rodeada de personas que le ofrecieron amor, risas, abrazos, besos, protección y principios morales.
Entre esos seres humanos maravillosos con quien compartió su vida infantil se encontraba su tía Lesbia Lezama a quién en su último viaje a Honduras pudo devolverle parte del amor que les guarda en el corazón a sus seres amados.
"Mi tía estaba luchando contra el cáncer y viajé para ir a pasar un tiempo de calidad con ella. Ella era mi sol, como dice mi familia. Lo era todo para mí. Los médicos no me daban esperanzas y viajé para despedirme de ella. La pasamos tan bello. No he tenido el coraje de regresar y no encontrarla, pero primero Dios este año planeo otro viaje con mi hijo mayor para mostrarle de donde viene su madre", dijo.
¿A quién admira?
Su familia nuclear y extensa son los seres humanos que más admira Melissa, pues considera que cada una le han dejado una lección de vida.
También admira a la gente fuerte, a las personas que tenían todas de perder y salieron adelante. A quien se quita de La boca algo de comer para darlo a otros, a la gente que ayuda sin sacar provecho, a la gente que no miente, a las personas honestas.
"Parte de estas cosas salen de mi abuelo Marco Tulio Lezama quien, si tuviera que escoger sería mi mayor héroe", manifestó.
De la mano de Dios
Su fortaleza está en Dios y cree firmemente que sin Él nunca habría salido victoriosa en los momentos de prueba " sola no hubiera podido, tuvo que estar el conmigo. Soy 100% prueba que Dios existe".
De igual manera, reconoce que con la ayuda del Padre Celestial y al enfrentar diversas situaciones, experiencias y sentimientos se ha vuelto una mujer luchadora, una madre que lo da todo por sus hijos, una esposa enamorada y agradecida con Dios.
Por ello, además quiere ayudar, inspirar " vivir la vida y no perderme de nada. Vivo intensamente, amo igual o más, defiendo como loba y ayudo como que mi vida dependiera de eso. Trato de dar lo mejor y de aportar buena vibra a la humanidad dejando un buen legado en mis hijos".
Extrañando a Honduras
De su tierra, su amada patria, extraña a su familia, aunque una parte ya goza de la presencia de Dios, al igual la comida, las mañanas y tardes familiares, las playas "cuando voy me tengo que arrancar del país para volver a casa. Si no fuera por mis hijos ja.ja.ja no creo que me viniera".
Por su amor a Dios, a su familia, a su patria, entrega permanente a su trabajo y enorgullecer a Honduras por sus valores Honduras Trascendental honra a través de este espacio a Melissa Lezama.
My love, what can I say? Never doubted you for one minute. Your drive, determination and perseverance are second to none. Sky is the limit.
Love you with all my heart. Yours for ever, Eric R.
Que bonito recorrido por el corazón de Melissa, una hondureña digna de admirar, deseo que cumpla sus sueños y anhelos.
La felicito por no olvidar sus raíces, triunfante pero con memoria.
felicidades.