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  • Foto del escritorHonduras Trascendental

Marissa García encontró el éxito en las tajadas de plátano y la panadería artesanal italo-hondureña

La materia prima para las Banamás Chips se cosecha en la finca familiar, a 1200 pies de altura sobre el nivel del mar. El cocimiento de las tajadas de plátano y malanga se realiza a fuego de leña brindándole un sabor único al producto.


Las recetas culinarias de tres generaciones se han fundido en la tradicional propuesta de negocio.

Tegucigalpa. En la cocina familiar de un hogar capitalino surgió un emprendimiento que se ha posicionado entre los mejores de la ciudad. Una fusión de sabores italo-hondureños generados entre las recetas de su mamá, su abuela y sus toques culinarios dieron como resultado los productos únicos que se ofrecen y conquistan el paladar de asiduos y nuevos clientes. La encargada de crear dos marcas simultáneas, en una misma propuesta microempresarial, es una joven ingeniero industrial que desde pequeña mostró su interés por montar su propio negocio. La exitosa emprendedora es Marissa García Bonanno, fundadora de las marcas Banamás Chips y D’lorno, propuestas que han alcanzado gran aceptación entre las personas que han podido saborear sus deliciosos productos.

Cercanía con la familia y el campo

Marissa es hija única, pero en su infancia pudo mantener una relación estrecha con amigos y primos. También tuvo acceso al conocimiento que da el campo, pues sus padres siempre han tenido tierras donde aprendió a sembrar frutas, verduras, y árboles maderables. Los momentos de aprendizaje también se dieron en la cocina, ya que según confió en su hogar todos disfrutan del arte culinario, “tengo muchos recuerdos compartiendo, ayudando a cocinar, y aprendiendo las recetas de la casa”. En casa además pudo montar sus primeros negocios como sucedió cuando tenía entre ocho y nueve años al pedirle a su mamá la autorización para colocar una tiendita para vender snacks entre sus familiares. “Fue mi primer stand de venta de galletas, goma de mascar, chips. Recuerdo que sentía una inmensa alegría porque podía materializar un sueño, en ese momento me di cuenta que me gustaba la idea de tener una tienda y vender productos”, dijo la microempresaria capitalina. Pero aquellas ideas infantiles fueron reforzadas sin dudar con el ejemplo de sus padres, pues ambos se han dedicado a la producción y comercialización de productos comestibles.

Negocio rentable

Las tajadas de plátano fritas a fuego de leña representaron el primer producto a comercializar, luego de que familiares y amigos experimentarán su delicioso y diferente sabor, ya que la materia prima es cosechada a 1,200 metros de altura sobre el nivel del mar, es decir un plátano de montaña. De manera paralela, la propuesta inicial se complementó con la idea de ofrecer además un producto especial dulce. Ambas iniciativas se consolidaron producto de su gusto por la cocina y sus conocimientos profesionales, a través de la optimización de los materiales y procedimientos que son implementados en su negocio. “Nunca reutilizamos el aceite en que se fríen nuestras tajadas y las producimos cada en el día a día, con el fin de que sean consumidas casi al instante de salir del fogón”, aseguró. Para ella, el proceso de creación de su iniciativa empresarial ha sido maravilloso, “porque es el momento en que las ideas se convierten realidad. El desafío comienza una vez se lanzan las marcas, que el público/clientes la reconozcan e identifiquen los valores detrás de las mismas”. La inversión inicial del proyecto fue mínima, ya que las primeras producciones representaron una especie de pruebas, luego de manera gradual ante la demanda se requirió de una mayor inversión en equipo, insumos y la contratación de mano de obra. Para alcanzar el éxito que se ha logrado a la fecha, además se necesitó de paciencia, constancia y trabajo continuo, lo que ha propiciado que el negocio sea en la actualidad autosostenible. “El emprender es un camino que requiere esfuerzo y dedicación. Uno de los desafíos más grandes es encontrar el segmento de mercado que conecta con su marca. Muchas veces comenzamos teniendo una visión de como queremos que sea nuestro negocio, pero el mercado, la economía, todo influye al momento de lanzar los productos”, explicó García Bonanno. A su criterio, además es importante resaltar el valor agregado y las bondades que tienen los productos, sin olvidar el recurso humano que se involucra en el proceso. A la fecha, son 12 comprometidos empleados los que hacen posible la producción diaria, unos llegan a la planta de procesamiento y empaque y otros están en las fincas en Guaimaca. “Cada semana tenemos reuniones de seguimiento, hacemos degustaciones de producto y también compartimos tiempo para conversar sobre los aspectos positivos, desafíos y ajustes que debemos realizar cada cierto tiempo”, expresó antes de compartir que además les da a conocer los mensajes que envían los clientes. Los horarios de trabajo son de lunes a sábado ,de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, pero si por ella fuese continuaría más horas, pues “como equipo disfrutamos producir productos tradicionales”.

Producción artesanal

Cada uno de los productos que oferta Marissa son elaborados de manera artesanal, pues su propietaria considera que es de suma importancia mantener y preservar la tradición y las recetas para su producción. Por el momento y ante la gran aceptación son dos líneas de producción exitosas: D’Lorno, que es la línea dulce que incluye los productos de panadería y repostería. En este rubro se ofrecen biscotti Italiano (que son galletas con una variedad de presentaciones), además del pan tradicional como: las semitas, bollitos de yema y otras galletas. También pan salado (moldes, brioche) y pasteles. Cada mañana se atienden los pedidos de los clientes y por las tardes se entrega el producto de panadería. La otra línea de producción es Banamás Chips, en la que el involucramiento es desde la parte de la cosecha, procesamiento, empaque y distribución. La presentación de las tajadas artesanales de plátano, banano y malanga es de 50 y 230 gramos. En este rubro se ofrecen tajaditas de plátano sal, plátano chile limón y sal, banano de montaña chile, limón y sal, y malanga con chile limón y sal. Moderna forma de vender Los productos de panadería y repostería son entregados en la puerta de los hogares de los clientes, pues se hornean en base a pedidos, y en el caso de los tajaditas de plátano y malanga además de la entrega domiciliar se ha logrado ofrecer en negocios en las ciudades de Tegucigalpa, San Lorenzo, Taulabé y San Pedro Sula. A través de D’Lorno, todos los lunes se comparte el menú que se ofrecerá durante la semana a cada uno de los asiduos clientes, pues cada semana se hornean diferentes productos. “A nuestros clientes les pedimos que si desean encargar algún producto de la panadería nos lo pidan con un día de anticipo y si se trata de pasteles les solicitamos encargarlo con tres días de anticipación, así como las ordenes personalizadas”, explicó. En el caso de Banamás Chips la producción es constante, pues luego de ser empacado puede ser consumido en cualquier momento. De acuerdo con Marissa con ayuda de los clientes además han logrado cumplir con pedidos que son enviados a Estados Unidos, Europa y países centroamericanos. Lecciones aprendidas

La vida laboral de Marissa durante unos siete u ocho años estuvo ligada a las labores en organizaciones sin fines de lucro y la banca, donde logró desarrollar habilidades de gestión y organización. En ese tiempo, fue un momento de aprendizaje y crecimiento profesional muy enriquecedor. “Conocí a muchísimas personas y logré establecer relaciones de amistad que perduran hasta el día de hoy”. Pero luego de desempeñarse en diferentes instituciones consideró que había llegado el momento de independizarse y dedicarse al cien por ciento a sus propias iniciativas empresariales. Luego de la experiencia alcanzada en su emprendimiento, explicó que si le tocara volver a comenzar definiría con mayor precisión su segmento de mercado, analizaría su estrategia con mayor profundidad y se involucraría aún más en actividades para dar a conocer sus marcas. Además confió que dentro de las lecciones aprendidas ha podido identificar que es mejor lanzarse e intentar todas las ideas que surgen ante un proyecto, siempre y cuando sea de manera organizada y exista una estrategia para implementarlas. “Una marca crece, siempre que conecta con su comunidad”, expresó Marissa.

Apasionada por la fotografía

En los momentos en que no está en sus funciones microempresariales la destacada emprendedora reveló que la fotografía es su pasatiempo favorito. “Disfruto tomarle fotografías a la naturaleza, capturar los paisajes, animales en el campo, aves. De igual forma, disfruto tomarle fotografías a mi emprendimiento”. También le encanta cocinar para su familia y crear nuevas recetas, sin embargo el camino del emprendimiento es una de sus mejores experiencias. “Realmente, es un aprendizaje integral para alguien que disfruta los negocios. Se gana experiencia en gestión de proyectos y personal, finanzas, customer service, manejo de inventario, estrategias de mercado, manejo de redes sociales, logística entre otras áreas”, destacó.


En la actualidad uno de los planes a concretar es el de contar con un local permanente para ofrecer sus productos.


Desde Honduras Trascendental no dudamos que lo logrará, razón por la cual le extendemos nuestras ¡Felicitaciones!.


D’Lorno - @dlorno.hnd

Banamás- @banamas.hnd



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