Kristian Banegas: escultor autodidacta que ha creado una flota de gigantes Autobots con material reciclado
- hondurastrascenden8
- 9 jun
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A la fecha, ha logrado piezas que han sido expuestas en el Banco Central de Honduras, y en la Casa Jaguar de La Ceiba. Asimismo sus obras permanecen en sitios públicos de Minas de Oro, Cantarranas, Arada, Roatán, Catacamas, San Pedro Sula y pronto Tegucigalpa.
Está próximo a mostrar su arte en San Nicolás, Santa Bárbara, donde participa en el III Guancasco Escultórico Internacional.
Tegucigalpa. Sus obras son visualmente impactantes, no solo por su tamaño, sino por los detalles. Esculturas que por sí solas extienden un mensaje en favor del arte local y la ecología.
Además cada propuesta lleva implícita una historia de creatividad, esfuerzo, y ganas de salir adelante a través de lo que otros desechan.
Pero lo verdaderamente valioso es que sus proyectos pueden ser apreciados en diversas ciudades del país, al encontrarse en espacios públicos. Las propuestas han sido diversas, desde representaciones humanas hasta una flota de las fuerzas Autobot, que no viajaron desde las tierras de Cybertron, sino que han sido ensamblados en las manos de Kristian Johel Banegas Palma.
El escultor catracho que en la última década ha marcado éxito tras éxito gracias a sus destrezas manuales e imaginación.
Al grado que sus piezas han sido expuestas en el Banco Central de Honduras, y en la Casa Jaguar de La Ceiba.
También ha elaborado esculturas que permanecen en sitios públicos de Minas de Oro, Cantarranas, Arada, Roatán, Catacamas, San Pedro Sula y pronto Tegucigalpa.
Herencia artística
Nació el 7 de febrero de 1990 en El Pataste, Minas de Oro, Comayagua, tiene tres hermanas. Desde niño la figura paterna la ejerció su padrastro, pues aunque a los 18 años conoció a su verdadero papá no logró estrechar lazos con él.
A los cinco años se traslada junto a su familia a la ciudad de La Ceiba, pero por situaciones de inseguridad tres años después es retornado a su comunidad para permanecer bajo el cuidado de su abuela materna Graciela Palma.
En aquel momento en la localidad donde residía con su amada pariente no se contaba ni con servicios básicos, en la penumbra se alumbraban con astillas de madera de ocote, y el agua para los quehaceres y el consumo era captado en una quebrada cercana.
“Esos años con mi abuelita fueron muy lindos porque yo le hacía compañía, yo me levantaba temprano para ir a traer el agua del día, ese era mi primera tarea y luego me iba a la escuela”, dijo Banegas, para después rememorar que asistía dos veces al día, en la jornada de la mañana y en la tarde, y que logró cursar el segundo y tercer grado en el centro educativo local.
También recordó que con su abuelita sembraba maíz, y flores y que para salir de la comunidad debían atravesar un espeso bosque.
Entre las otras faenas diarias en casa, siendo niño, dijo que hacía candelabros de barro porque su familiar tenía una gran habilidad artística con la tierra arcillosa.
“Los nacimientos de mi abuelita eran figuras con movimiento y eran muy llamativos en la comunidad, y ella siento que me compartió esa herencia artística”, reconoció.
Reencuentro con su talento
Luego de una estancia de dos años con su abuela vuelve a La Ceiba, y aunque la inquietud por el arte estaba presente en sus pensamientos y memorias no fue hasta la edad de 18 años que volvió a encenderse en él la chispa del ingenio creativo.
“Tenía como 18 años, y llegué a una casa donde tenían una flor elaborada de aluminio reciclado que me pareció tan ingeniosa y me interesé por probar si la lograba, me fui a la pulpería y adquirí un jugo de lata para tratar de replicarla y resulta que me salió idéntica” dijo.
La tarea se volvió cotidiana y llegó a elaborar unas 40 flores ecológicas, mismas que las comenzó a regalar, hasta que uno de sus amigos le pide que le elabore una especial para la novia y que se la compraría. Así arranca el negocio de la venta de rosas de material reciclado.
Con los meses decide desplazarse hacia Tegucigalpa, y permanece en la capital por espacio de medio año, y aunque no salía una vecina llego a saber de su talento manual y le llevó varias latas de gaseosas para que le realizara unas rosas, pero él decide buscar en internet otras formas encontrándose con una motocicleta armada siempre del material reciclado que replicó nuevamente a la perfección.
De esta nueva figura, logra extender su propuesta de arte ofreciendo entonces rosas y motocicletas elaboradas con aluminio reutilizado en su retorno nuevamente a La Ceiba.
Despegue de talento
En un día, de esos que de un zas cambia el panorama, conoce a una joven de nombre Yula, originaria de Grecia, y esta al ver las piezas que elaboraba y que incluían desde llantas reutilizadas le invita visitarle de manera posterior para proponerle una idea artística.
Trascurren los días, una semana para ser específicos, y Kristian decide visitar a la amiga extranjera, en una casa que ella rentaba, y entre la conversación ella le pide que le elabore una obra reutilizando un árbol navideño que estaba formado con alambre galvanizado.
¿Qué te podrías hacer de ahí?, fue la pregunta que le planteó la clienta y la respuesta que le dio fue que le haría una lagartija, al volver con el resultado que era una figura de gran tamaño dejó sorprendida a la compradora.
“Me dijo, tenés talento, yo te voy a ayudar a conseguir trabajo, me piden en este momento un proyecto de reciclaje de llantas de la Universidad y que junto a los alumnos se logren cosas creativas”, recordó.
En ese proceso aprendió a hacer sillas y maceteras de llantas, ampliando además la reutilización de los materiales de desecho.
Compartiendo experiencias
Luego se involucra en un proceso de ofrecer talleres en centros educativos reutilizando siempre las llantas de los vehículos. De repente en uno de los institutos se le propone participar en una Feria del Reciclaje.
“Mi propuesta en ese momento fue que hiciéramos unas esculturas de hierro, porque yo sabía soldar desde los 12 años, y en la conversación surge la idea de representar los primeros habitantes de La Ceiba”, recordó.
En la mente de Kristian se fue formando el bosquejo de lo que harían, un árbol con llantas y bajo su sombra figuras humanas, el resultado les llevó a ganarse el primer lugar.
Con este nuevo empuje, comienza a producir esculturas con hierro reutilizado.
Exposiciones
Con un par de obras armadas y bajo la recomendación de otro amigo llega hasta la galería PiqArt con la intención de poner a la venta algunas de sus propuestas, pero surge una propuesta mejor, le ofrecen comprarle tres esculturas y además una exposición.
El resultado fue otro nuevo éxito, al grado que las autoridades del Banco Central de Honduras-BCH le invitan a participar en la exposición anual en La Ceiba en 2005. “Presenté como 10 piezas y era el único escultor”.
En ese tiempo su estilo no era tan detallado, era un abstracto “usaba más que todo tuercas, balines, tornillos y varillas y algunos engranajes”.
De manera posterior vendrían unas cuatro exposiciones más con el BCH. “Las obras eran como de un pie y medio”.
Esculturas de mas de un metro
El éxito continúa de la mano de otro amigo que es propietario de La Casa de los Jaguares, un bar orgánico de playa en La Ceiba, con un enfoque ecológico, que le propone elaborar una escultura de mayor tamaño.
“Entonces le hago una garza, un pescado, unas alas, un hombre pescando, con una altura de un metro y medio, y también le hice una cara maya”, aseguró.
Luego le pide elaborarle dos seres de luz, de dos metros, para colocarlos en la entrada al establecimiento y también cumplió con este pedido, creando una escultura de un hombre y una mujer, y todas desencadenando nuevos admiradores del talento del compatriota.
Y le llega otra invitación de parte de Javier Espinal para participar en un evento en el municipio de Cantarranas, Francisco Morazán, y días después ya se encontraba en la localidad armando unas ranas de lata reciclada.
“Esto fue en 2017 y logré armar dos ranitas y un quijote. Después me contrataron en Arada, Santa Bárbara, para armar un toro y una pareja simulando que estaban arando la tierra, la cual se llama La Fuerza de Arada”
Encuentro con los transformer
Un día recibe una llamada de un ingeniero que junto a otro grupo de socios habían adquirido una gasolinera Texaco, en la recta del Lago de Yojoa, y le proponen armar un robot que se convierta como una especie de atractivo, donde los clientes lleguen a tomarse selfies.
“Me mandaron una idea como un robot de futurama, algo así, entonces le digo yo le puedo hacer algo más detallado, como un transformer, similar, pero no igual porque por los derechos, y surge la idea de que sea una especie de robot bombero, que tenía hasta una historia de súper héroe que auxiliaría a los conductores que se quedaran sin combustible en sus vehículos”
Este fue el primero en ser armado de extraordinario tamaño, y continuaron los pedidos a menor escala en Tela lugar donde creo un Tucán y un joven tocándole a la luna, luego en Roatán donde armó a Davy Jones de Piratas del Caribe, con llanta reutilizada, y otra en Catacamas, Olancho, una obra de nueve pies, para la Casa de la Cultura.
Del municipio de Catacamas, luego le llegó otro pedido del Alcalde y crea un toro y un caballo.
Y así surgen otras iniciativas volviendo entre estas nuevas contrataciones a Cantarranas en el local Donde Canta La Rana, para elaborar dos ranas, una con un violín y otra con una guitarra.
La llamada del millón
Vía teléfono estando en La Ceiba recibe una petición que representaría uno de los retos más importantes de su carrera, proponiéndole una plaza laboral permanente como escultor de Autobot para colocarlas en ocho gasolineras del país.
“Mi respuesta fue inmediata, que aceptaba la propuesta y fue como a mediados del año pasado y llevo siete”.
Las piezas que ha utilizado son desechos de rastras y en un yonker de vehículos que deseaban deshacerse de estos materiales.
Cada escultura pesa dos toneladas, pues están armados en su mayoría con piezas de equipo pesado.
Una de estas esculturas de hacer para la venta tendría un costo aproximado de entre 80 a 90 mil lempiras y llevan unas seis semanas de trabajo, sin descansar los fines de semana “es que yo trabajo solo, usamos de cuatro a cinco cajas solo de electrodos”.
La temática que hemos cambiado es de un limpia vidrio, porque ellos también están se prestan al servicio de limpiar los vidrios cuando usted consume combustible en sus agencias.
Nuevas obras y sus planes
En la actualidad participa en el III Guancasco Escultórico Internacional de San Nicolás, Santa Bárbara. Desde hace más de una semana se ha dedicado a la elaboración de una escultura de cuatro metros, con la temática ambiental. La obra se llamará Respetando La Naturaleza y tendrá la figura de un campesino ofreciendo una flor a una abeja.
“Quise representar a los campesinos de la zona, que también son un fundamento clave en nuestras vidas por todo lo que nos comemos. Y además las abejas que son importantes para el planeta y que en esta zona se cosecha la miel”, explicó.
Las piezas para la escultura fueron encontradas en un taller de mecánica local que cedió todo el material, “hemos tenido disponible como unas tres toneladas”.
Sueños cumplidos
De acuerdo con Kristian, a la fecha ha logrado concretar sus sueños, pues desde niño siempre soñó con dos cosas; “que iba a inventar algo que cambiara el mundo y, que iba irme para una tribu que me aceptara”.
Con sus obras considera que está impactando a otros, bajo la cultura del reciclaje, y hace un tiempo cercano fue aceptado como uno de ellos, en la comunidad garífuna de Sambo Creek.
“Las esculturas es algo que me llena de orgullo y me siento orgulloso de haber permanecido en una comunidad garífuna”, concluyó.
Cita
“Dios te ha regalado el talento de como absorber mis emociones y transmitirlas en cada uno de las obras que hago”
Kristian Banegas, escultor hondureño
Eres espectacular Kristian..No tengo más que agradecer a Honduras Transcendental por tan bonito reportaje.
Un artista que merece reconocimiento nacional