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  • Foto del escritorHonduras Trascendental

Kevit Adilson Soriano: pintor hondureño que cautiva al público estadounidense con impresionantes obras artísticas que no requieren traducción

Con sus obras ha participado en festivales de arte, en exposiciones en parques, galerías universidades, y municipalidades de Florida.

 

Es un reconocido pintor autodidacta hondureño que hace historia en Estados Unidos. En Honduras ejerció oficios como zapatería y la agricultura.

Tegucigalpa. Imitar la realidad es su sello artístico, haciendo que el modelo y su obra coinciden a la perfección. Por ello sus piezas artísticas tienen un lenguaje universal, fácil de entender y comprender.

 

En su mundo creativo sus más grandes apuestas son los retratos, aunque ante cualquier reto con el pincel asemeja a la realidad, gracias a su precisa habilidad para recrear lo que ven sus ojos.

 

Al acercarse a sus pinturas nadie se imaginaría que con sus manos Kevit Adilson Soriano ejerció labores de la industria de la construcción siendo migrante, o cuando niño labró la tierra, cosechó café y además vendía pan artesanal.

 

Sin embargo, lo cierto es que posee una trayectoria notable en el ámbito de las artes visuales siendo un hondureño residiendo en los Estados Unidos. Y es que con su arte ha conquistado galerías, municipalidades y universidades de Carolina del Norte y Florida.  

 

Además, por un buen tiempo ejerció labores como dibujante de una de las cortes de Miami. Por su grandioso talento día con día se involucra en el fascinante proceso de plasmar sobre un lienzo sus emociones y experiencias.

 

Cerca de dos décadas de vivir en Estados Unidos

Su día inicia a las 5:00 de la mañana preparándose para encaminar a su primogénita Marjorie Soriano a la parada del autobús escolar, luego regresa a su casa para desayunar y emprender su ruta camino al trabajo donde lidera a un grupo de trabajadores de Stone Art, LLC, que es una empresa de construcción que ofrece trabajos personalizados en piedra como jardines, muros de contención, caminos, escalones, bancos, entradas para vehículos, chimeneas y más.

 

Y es que desde que decidió migrar como sucede o ha sucedido con miles de compatriotas por la falta de oportunidades y la violencia, nunca ha descansado en su meta de ser un ciudadano de bien, de enfrentar la vida con los principios que le inculcaron sus abuelos ya que permanecía al cuidado de ellos.

 

Lleva 19 años de residir en el sur de Florida, Miami, donde es reconocido como un destacado pintor, nacido en el país cinco estrellas.

 

Confió que el dibujo fue su primer amor en las artes, y hasta ahora lo sigue siendo, “aunque nos peleamos, nos encontramos” y en sus inicios hubo muchas ideas, e igual número de borrones sobre páginas de sus cuadernos.

 

Y es que “siempre me gusto leer y aprender del arte, todo aquel que haga arte me inspira, pero al ser pintor hasta ahora me fascina Caravaggio (pintor italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio) y Salvador Dalí (pintor y escultor español considerado como uno de los máximos exponentes mundiales del arte contemporáneo)”.

 

Muestras artísticas

En su época de estudiante ya despuntada entre sus compañeros por su habilidad para el dibujo “he tratado de representar mi pueblo y han sido diversos momentos, he llegado a pintar a gobernadores, alcaldes, y comisionados y se siente bien llevar la bandera de tu pueblo a lo más alto”.

 

A la fecha, en su hoja de vida artística puede alardear, sin llegar a ser presumido, de que sus propuestas artísticas han sido expuestas en universidades y galerías en Carolina del Norte y Florida.

 

Estos triunfos que además no lo alejan de encontrarse en un tiempo no muy lejano con su sueño de mostrar sus obras en su pueblo natal El Paraíso, Copán.

 

¿Es fácil ser artista?

Ante la interrogante su es fácil ser artista, Adilson dijo que creerse artista no es difícil, lo que sí es difícil es convertirse en ello, pues no es tarea fácil “aún no me considero tal cual, pero me gusta jugar a ser artista”.

 

En cuanto a la definición del arte manifestó que es la máxima expresión del ser humano para mostrar su esencia, tanto para crear felicidad, tristeza, crueldad, y desde el principio de la historia así ha sido y así será.

 

También nos confió que sus cuadros cuentan muchas historias propias, “de lo que pienso y siento, de lo que sucede en nuestro diario vivir”.

 

Zapatero que soñaba a ser arqueólogo y pintor

La falta de oportunidades que desde siempre han campeado en el país, Adilson las calificó como circunstancias se vuelven en “asesinos de sueños, porque las necesidades nos prohíben soñar”, sin embargo, él se atrevía a construir sus propios anhelos “quería ser arqueólogo y un gran pintor”.

 

Y aunque estaban lejos de sus posibilidades, primero como oportunidad accesible en su localidad aprendió la zapatería, trabajo que calificó como un oficio honrado que le permitió cubrir parte de las necesidades de adolescente y joven, y además le daba espacio para mantener presente su aspiración de conquistar el arte de la pintura “no me considero gran pintor, pero amo lo que hago”.

 

También aprendió de las labores agrícolas sembrando maíz y frijoles, a cortar café en las fincas familiares, así como ser el encargado de llevar el almuerzo a su papá mientras permanecía en la parcela de sembradíos.

 

Se describe como una persona sencilla, divertido y bohemio, con cualidades que llevan a pensar, hacer y actuar diferente a los demás.

 

Trabajos fuera de Honduras

Por las limitaciones económicas a las que se enfrentó desde niño no logró alcanzar un título académico, pero nunca se limitó y de manera autodidacta ha estudiado temas de ciencia, filosofía, historia, y religión, pues aseguró que le encanta leer “he sido autodidacta y siempre me ha gustado aprender”.

 

En sus primeros años en Estados Unidos se desempeñó en las labores de la construcción y remodelación, pero luego se reencontró con su talento innato la pintura “afortunadamente puedo emplear el arte en lo que hago y mi trabajo es mi pasión y más si me pagan por lo que amo hacer”.

 

Vida en el occidente de Honduras

En noviembre de 1985 nació Adilson, en la comunidad que en su parte norte limita con la república de Guatemala, y que en 1891 recibió el acuerdo Ejecutivo para ser reconocido como El Paraíso, Copán.

 

A sus abuelos que considera sus papás, don Licho Perdido y doña Santos Bueso, los describe como personas humildes, de buenos principios “que me enseñaron e inculcaron buenos hábitos, y buenos principios para ser un hombre de bien y servir a la sociedad”.

 

Son cinco hermanos los que tiene, “somos seis hijos, tres caballeros y tres damas”.

 

Pequeño comerciante

Algunas cicatrices en su cuerpo le recuerdan aquel hermoso pasado siendo niño, marcas que fueron heredadas de sus tardes de pesca en el río, las potras, el andar descalzo por entre charcos de lodo o las tardes de juego que se generaban en la esquina del barrio.

 

Además, disfrutaba de los momentos de juego haciendo bailar los tradicionales trompos y no digamos de las horas haciendo volar los barriletes “más cuando yo mismo los hacía”.

 

También están presente en sus memorias infantiles su etapa de vendedor ambulante, pues ofrecía hortalizas, pan o nacatamales al por menor, por entre las calles de su comunidad. 

 

Por todo lo que representa su vida Honduras Trascendental se honra con esta publicación y cerramos su entrevista con esta preciosa frase que nos envió Adilson “Honduras no se puede describir, se lleva en la sangre, se vive, es la sonrisa de nuestras etnias, es el sudor de nuestros campesinos, Honduras son las personas que se levantan día con día y piensan en un mañana para su familia, somos un país con carencias, pero con un amor hacia los demás que nos hacen ser el mejor país del mundo ¡viva Honduras!

 

Citas en corto

“La mejor inspiración es la soledad”.


“Mi Familia es mi tesoro”.


“El arte es mi pan de cada día”.


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