José Raúl Avilés, profesional en el control de las plagas bajo métodos orgánicos
- hondurastrascenden8
- 23 jun
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Inversiones Avilés es el emprendimiento que ha sostenido desde hace seis años, un sueño que anhela posicionar entre los mejores del país, en aras de generar más oportunidades de empleo.

Tegucigalpa. Las plagas representan un desafío sencillo de resolver para José Raúl Avilés Obando. Son más de 12 años de labor en el rubro del control de plagas, los que lleva el hondureño, la mitad de este tiempo como empleado y el resto siendo emprendedor.
Inversiones Avilés es el nombre de su negocio donde ofrece una atención más personalizada para sus clientes, a quienes además les ofrece soluciones orgánicas para atender problemas de infestaciones en sus viviendas y locales comerciales.
Entre sus metas, bajo la mirada puesta en Dios, mencionó que se encuentra hacer crecer su negocio para generar empleos.
Cicatrices que no le vencieron
A la edad en la que José Raúl empezaba a manifestar una mayor independencia y autonomía, a los dos años, sufrió un accidente grave.
La miel que preparaba su abuela paterna para cocinar un dulce de leche cayó sobre sus manos, las lesiones que le provocaron las quemaduras eran de tercer grado.
Aquellas llagas lo llevaron a permanecer interno en el Hospital Materno Infantil durante seis meses, desencadenando en sus manos contracturas articulares (limitación del movimiento), y amplias cicatrices, pero nunca le limitaron para desempeñar lo que se ha propuesto.
“Yo he trabajado en soldadura, albañilería, jardinería y en la fumigación sin problemas, pese a la apariencia de mis manos, no tengo limitaciones”, manifestó.
Niñez en Patuca y sus sueños de ser bombero

En un hermoso municipio del departamento de Olancho nació José Raúl, un lugar de amplia flora, fauna y caudalosos ríos. Se trata de Patuca, donde transcurrió su primera infancia.
Nació el 26 de noviembre de 1992 y desde que tuvo una madurez emocional y discernimiento soñaba como un día sumarse a las filas de los Bomberos de Honduras.
Sin embargo este anhelo se fue apagando, en un principio porque debía encontrar una fuente de sustento, antes de prestar un servicio voluntario, pues en su hogar primaban las limitaciones económicas.
Y aunque no logró portar el uniforme de la institución de socorro, aseguró que disfruta del servicio hacia los demás, que su principal característica es ofrecer su ayuda sin esperar nada a cambio cuando alguien lo requiere.
Sus padres Santos Raúl Avilés Estrada (QDDG) y Ofelia Hernández fueron los encargados de formarle en valores, pese a que el hogar siempre fue disfuncional de acuerdo con el entrevistado.
“Mi papá fue una persona estricta, con valores y principios y me brindó como enseñanza la responsabilidad. Mi mamá, una mujer de casa que dio su vida por nosotros, por sus hijos aguantando y callando, una madre ejemplar”, expresó.
De sus progenitores dijo que heredó valores como la honradez, confianza, disciplina, responsabilidad, humildad y respeto.
“Por parte de papá somos ocho y de mamá y papá, éramos tres, pero un hermano falleció, solo quedamos dos, por eso ahora somos siete hermanos”, confió.
Días felices

La felicidad plena la encontró en Dios hace cinco años, y desde ese momento busca su crecimiento en la fe, siguiendo lo que dictan las Sagradas Escrituras, a través del Ministerio Presencia de Dios a las Naciones.
También confió que entre sus días más felices están las fechas en que nacieron sus hijos Helen Yudith y Jeremy Ezequiel Avilez Raudales.
Otra fecha de gran felicidad fue haber honrado a su esposa Ledy Marisela Raudales Cerrito con el matrimonio, pues aunque tienen una relación de 12 años, hasta hace cuatro dieron el paso más importante como pareja al legalizar su unión.
Experiencia
En la actualidad no tiene horarios ni una estructura rígida en su trabajo, pues su día a día puede variar y siempre esta alerta por cualquier emergencia domiciliar o empresarial.
Su trabajo es volátil, tiene altos y bajos, pero aseguró que siempre le permite llevar el sustento diario a casa, para su esposa y sus dos hijos.
Sus inicios en el mundo de los exterminadores de plagas inicio por invitación de un amigo que lo llevó a laborar a una empresa prestadora de este servicio.
En aquel momento fue contratado para prestar servicios como el resto del personal, pero por su desempeño logró ir ascendiendo hasta llegar a ser jefe de personal.
En ese momento entre sus responsabilidades estaba el seguimiento de los servicios que prestaban a una reconocida empresa de comidas rápidas, en las sucursales de la zona centro y sur (Tegucigalpa, Choluteca y Comayagua)
“Eran más de 150 locales fumigados al mes los que completábamos”, dijo.
En la actualidad, en su cartera principal de clientes se encuentran domicilios, hoteles, bodegas, y polleras.
Seguridad
José Raúl explicó que en cada proceso, según el tipo de plaga, utilizan insumos seguros para las personas y las mascotas.
“El producto que utilizo es 100% orgánico”, de igual manera cuida su seguridad utilizando equipo de protección como guantes, careta, lentes y mascarillas.
En cada proceso se tarda de entre dos horas a dos horas y media.
Recomendaciones
El experto aconsejó que siempre es importante vigilar lo que entra a los hogares, como cajas, y cartones que sirven para llevar huevecillos de plagas a las casas o establecimientos gastronómicos sin notarlos a simple vista.
Esto puede desencadenar una plaga que se vuelve un problema para las familias o los negocios, según el entrevistado.
Al detectar estos visitantes que no son bienvenidos para nadie se debe actuar de inmediato, las fumigaciones normales se aconsejan al menos dos veces al año, pero “si tiene una infestación se tiene que hacer por lo menos dos veces”.
Luego se van extendiendo los periodos cada tres meses, sin embargo establecimientos de comida deben fumigar una vez al mes como mínimo, agregó.
“Los precios rondan de entre 1,800 a 2,500 lempiras en caso de una vivienda”, reveló José Raúl.
Avilés representa a un sector importante en la economía del país, un ejemplo para todos porque pese a la condición de sus manos labora de manera honrada y con el esfuerzo propio sostiene a su hogar, además del servicio que presta a Dios a través de la iglesia donde se congrega. Para l éy su familia bendiciones.
Felicitaciones a este joven emprendedor