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Harbert Acosta, tras quedar ciego encontró la fuerza, para un nuevo comienzo de vida, a traves de la destreza de sus manos

  • hondurastrascenden8
  • 19 may
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 19 may

Ejerce la docencia en el Centro Artesanal e Industrial para Ciegos CAIPAC y entre sus planes es continuar su formación en el extranjero.

 

A los 21 años perdió el sentido de la vista, pero luego descubrió su potencial en el resto de los sentidos, en especial del tacto, para abrirse camino en el ámbito laboral.

Tegucigalpa. Sustituir la percepción visual por la agudeza del tacto, así como del resto de los sentidos, hasta los 21 años nunca estuvo entre los planes de Harbert Acosta Silva.

 

Trascurría el 2021 cuando de un momento a otro, un rebote de la pelota que el mismo había lanzado impactaba sobre su rostro. Aquel fuerte golpe, que pudo haber sucedido en otras ocasiones ya que practicaba fútbol, en esta ocasión desencadenaría un desprendimiento en sus retinas.

 

Este accidente, representaba una emergencia médica, pero aunque las sombras en el campo visual se presentaron de inmediato, Harbert decidió continuar su vida sin alertar a sus padres, pues no consideró el peligro.

 

Unos días transcurridos y tras un viaje en carretera hacia el norte del país siendo el conductor asignado le daba la grave alerta, la visión se estaba apagando. “al regresar ya no veía y me llevaron al doctor, en un principio me dijeron que con tratamiento iba a recuperar la visión”. Diez cirugías, cinco en cada ojo, pero no hubo retorno, estaba ciego.

 

Este diagnóstico le llevó a paralizar de momento todas sus aspiraciones, la incertidumbre, los temores, invadieron su ser. “Entré en depresión no comía, casi no conversaba, me pasaba encerrado, lloraba, me daba pena, no había asimilado que estaba ciego”.

 

En su entorno surgieron actitudes de protección, pero también de  búsqueda de oportunidades para él. Su hermana mayor conoció del Centro Artesanal e Industrial para Ciegos-CAIPAC donde un tiempo después era aceptado como estudiante.  

 

“Al principio me abrumé, porque yo no podía ni caminar. A mí me da miedo todo. Fue como un cambio de 360 grados, mi vida cambió completamente, no me agradó cuando mis padres me dejaron acá, al principio me perdía muchísimo, pero en la actualidad no podría irme de CAIPAC”, manifestó.

 

Su formación incluyó aprender a desplazarse hacia cualquier lugar, proceso que logró de manera gradual, primero viajaba solo en tramos cortos donde sus padres llegaban a recogerlo, luego como aventura se atrevió a extender esos tramos o puntos en la ciudad hasta lograr llegar hasta su casa.

 

Al grado en que fue capaz de tomar seis unidades del transporte público en su travesía de ida y regreso, pero en la actualidad reside en el municipio de Santa Lucía, cerca de CAIPAC. 

 

Logró su nueva independencia en tiempo récord

 

Su adaptación al centro, al internado, al nuevo proceso encaminado a su independencia le llevó cuatro meses, y en dos años se graduó como masajista profesional y movilidad, un tiempo récord, ya que la mayoría de los alumnos se tardan de entre cuatro a seis años en dominar todas las técnicas de los masajes terapéuticos.

 

“Lo más difícil para mí al ser aceptado en CAIPAC fue superar el miedo, me sentía solo, y también a tolerar los alimentos que me ofrecían en el internado. Al principio sentía rechazo de parte de los demás estudiantes porque decían que yo tenía dinero y que era creído, pero luego me conocieron y todo cambio”, confió.

 

Con el transcurso de los meses aprendió braille, a utilizar la computadora, y al uso de la aplicación que en su teléfono le permite realizar diversas funciones tecnológicas.

 

Por su alto desempeño logró, dos años después, en 2024, incorporarse a la planilla de docentes de CAIPAC, encargado de formar a los nuevos talentos en la habilidad de descubrir los huesos y músculos, a través de la palma y dedos de la mano. “También les hablo del autoestima, de la administración de recursos financieros, a saber expresarse y tener como confianza en uno mismo para poder tratar a alguien más”.

 

Manos  prodigiosas

Son 24 alumnos los que están a su cargo, por lo que a diario se levanta a las 4:00 de la mañana para prepararse y emprender camino desde Santa Lucía hacia CAIPAC, pues su horario de trabajo inicia a las 7:00 de la mañana y concluye cerca de las 4:00 de la tarde.

 

A cada uno de sus estudiantes busca transmitirle sus destrezas manuales, y conocimientos básicos de la anatomía humana, elementos indispensables con los que debe contar un masajista profesional, ya que deben utilizar el movimiento de sus dedos y los bordes de las palmas de sus manos para reconocer con precisión cualquier parte del cuerpo.

 

Pero, además tiene nuevas metas seguir su formación en el extranjero para aprender la quiropraxia. Los países que pueden ser opción son Nicaragua, Guatemala y Japón.

 

Es decir, que busca alcanzar un nivel mayor de coordinación de sus prodigiosas manos para atender dolencias de la columna vertebral y, corregir problemas posturales a través de una ligera presión.  

 

“Mis alumnos aprenden cuatro especialidades, las clases se dan entre teóricas y prácticas. Primero pasan una prueba de aptitud, luego son siete meses del aprendizaje sobre la anatomía del cuerpo, después pasamos a la práctica que se da en una primera etapa entre los mismos estudiantes y luego ya con personas externas”, explicó el talentoso joven.

 

Su vida antes de conocer la ceguera

La carrera de Educación Física era su plan de vida académica, 23 clases aprobadas anunciaban que estaba en la ruta que le acompañaría a lo largo de su existencia, sin embargo un brusco cambio de vida le llevaría a conocer la verdadera luz que impone luego de conocer la ceguera.

 

Y es que ha sido ahora que su dinamismo, perseverancia, empuje por el conocimiento, exigencia por el orden y su agradable temperamento, se han potencializado.

 

Harbert nació en el primer mes del Año Internacional de la Cultura de la Paz y el Año Mundial de las Matemáticas, siendo específico el 26 de enero del 2000.

 

“Mi niñez fue la mejor etapa de mi vida, con las responsabilidades de la escuela, aunque siempre tuve tiempo para disfrutar en familia y con mis amigos. Siempre fui un niño curioso que me gustaba el fútbol y la natación”, manifestó.

 

Su niñez, adolescencia y primeros años de juventud transcurrieron en la Residencial Francisco Morazán, de Comayagüela. En su hogar es el más pequeño de los descendientes de la familia que conformaron Harbert Acosta y Patricia Silva, quienes le inculcaron la fe católica.

 

“Tengo una hermana mayor que es médico, tiene 33 años, y se llama Andrea Melissa y mi otra hermana es Allison Michel, tiene 26 años y es nutricionista, ella es mi confidente, mi amiga, mi motor para salir adelante”, agregó.

 

El fútbol y la cocina

Desde pequeño el balompié ha sido su deporte favorito, su posición en el juego es de volante mixto. Desde que tiene recuerdos siempre ha asistido al estadio para disfrutar de un encuentro deportivo, en especial cuando se trata de apoyar a su equipo nacional Olimpia.

 

Por su buen desempeño en la cancha, en fecha reciente fue convocado a la Selección Nacional de Personas Ciegas.

 

También disfruta  del baile y del cine, así como de los momentos en la cocina, “antes yo era muy bueno para la cocina, pero en la actualidad como me tardo más me lleva a frustrarme un poco”.


Cita

“Entre mis mayores sueños esta ayudar a mi país, ayudar a las personas ciegas a salir adelante, tener una vida plena, ser feliz, tener una familia”.

Harbert Acosta

 

9 comentarios

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Diego
26 may
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Harbert, me has inspirado,sigue adelante Dios te bendiga.

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Invitado
21 may
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Es mi mejor amigo, estoy muy orgullosa de él, Harbert te quiero mucho, vas a lograr todo lo que te propongas porque siempre has sido un ejemplo de superación y perseverancia.

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Invitado
21 may

Que Dios siempre te cuide Harbert

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Invitado
20 may
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Que belleza de testimonio, nos deja tanto que pensar y darnos cuenta que personas que tienen todo no lo cuidan no lo aprovechan y solo se destruyen a si mismo, Bravo Harber eres fenomenal que Diosito siempre te cuide, proteja, guíe y te augure un futuro prometedor, personas como tu necesita nuestro amado País.

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Invitado
20 may

Dios Santo creo que Harbert Acosta es un digno ejemplo para todo aquel que aún teniendo sus cinco sentidos desperdician sus vidas sin realizar nada de provecho y éste joven nos demuestra que cuando uno quiere hacer algo sí sé lo propone puede sin importar las dificultades que nos da la vida..Gracias Honduras Transcendental..

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