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Eva Guzmán: hondureña de orígenes lencas con un rendimiento académico extraordinario conquista las ciencias aplicadas a la avicultura en Auburn University, Estados Unidos

Egresó de la Universidad Zamorano siendo licenciada en agronomía y en la actualidad cursa la maestría en ciencias avícolas en la segunda universidad más grande de Alabama, USA.

 

La aldea El Carmen, jurisdicción del municipio de Camasca, Intibucá, una comunidad con múltiples expresiones culturales propias de uno de los pueblos originarios más numerosos de Honduras el Lenca, es donde reside su familia. 

Tegucigalpa. Su disciplina y determinación son palpables a través de sus extraordinarios logros académicos, legado de una joven que pese a las condiciones adversas de su aldea El Carmen, Camasca, Intibucá, encontró en el mundo del saber la oportunidad para honrar a su familia e inspirar a Honduras.

 

Es licenciada en agronomía, egresada de la Universidad Zamorano, formación que le otorgó conocimientos para desarrollar proyectos a nivel de producción de hortalizas, granos, horticultura y animal. También está capacitada para trabajar en universidades como instructora en el área de producción. Así mismo, podría laborar en el procesamiento de alimentos, y con agronegocios y manejo ambiental.

 

Sin embargo, ella decidió seguir su proceso educativo fuera de Honduras, es así que hoy en día es una estudiante destacada de la maestría en ciencias avícolas, en la emblemática Auburn University, de Alabama, Estados Unidos.

 

A la fecha, es la primera ingeniera agrónoma de la familia y también ocupará este mismo puesto al completar su postgrado el que además la colocará como la primera en alcanzar esta especialidad en su comunidad.

 

Disciplina y determinación

Si desconociéramos el esfuerzo de Eva Guadalupe Guzmán Guzmán, podríamos pensar que sus estudios han sido costeados por su familia, pero no ha sucedido de esta manera, y no porque sus padres no lo hayan deseado, sino porque sus condiciones económicas no se los permitían.

 

Esta fue la razón por la cual aplicó a una beca mientras cursaba la secundaria, beneficio que logró por su marcado rendimiento académico y la catapultó para aspirar a superar las metas locales y nacionales para conquistar estudios en el extranjero.

 

En un primer momento logró egresar del nivel medio con un promedio del 99%, formando parte de los alumnos becados del Instituto Hermanas de María ´Villa de las Niñas´ en Tegucigalpa.

 

Luego obtuvo una beca más para cursar estudios en la Universidad Zamorano en donde al igual mantuvo su índice de excelencia académica. Estos nuevos registros de buenas calificaciones le permitieron optar a una nueva ayuda para cursar estudios fuera de Honduras, y nuevamente lo logró al ser aceptada como alumna de la segunda universidad más grande del Estado de Alabama, USA.

 

Entre los mejores del país

Desde los primeros días de su camino escolar mostró su potencial para el estudio, y fue en la Escuela Rural Mixta Ramón Rosa donde le fue reconocido su esfuerzo estudiantil con calificaciones de excelencia académica.

 

Sostener las notas escolares arriba del 90 por ciento le darían el pase para optar a su primera beca. Tenía 13 años cuando fue aceptada para culminar su secundaria en el Instituto Hermanas de María ´Villa de Las Niñas´, luego que un tío les comentara a sus papás que llegarían a su comunidad un grupo de religiosas para captar niñas para educarles sin costo alguno. 

 

Se trataba del centro educativo-hogar que funciona en Tegucigalpa para niñas de hogares de bajos ingresos, y donde las estudiantes permanecen internas, recibiendo una educación integral en el área académica, técnica, y en formación moral y espiritual.

 

Un examen de conocimiento y una entrevista, fueron necesarios para aprobar el proceso “estuve en espera hasta diciembre cuando me notificaron que había obtenido la beca y había sido aceptada. Fue una gran bendición porque estaría en un lugar seguro y con acceso a educación de calidad”.

 

Bajo esta beca educativa aprendió sobre el manejo de programas informáticos y una sólida preparación en el área de corte y confección “nosotras hacíamos nuestros uniformes”. 

 

También encontró la ruta para aprender inglés. “En mi colegio Hermanas de María ´Villa de las Niñas´ tuve la oportunidad de mantener un buen desempeño académico. Y en 2018 tuve el honor de recibir el Premio Oro a la Excelencia Académica Padre José Trinidad Reyes”.

 

Este galardón fue entregado por el gobierno a los 20 mejores estudiantes del país, en el marco de la conmemoración del Día del Estudiante.

 

Primera ingeniera agrónoma de la familia

Su etapa de estudiante en la Escuela Agrícola Panamericana conocida también como Universidad Zamorano, la calificó como “una experiencia enriquecedora y de crecimiento. Descubrí el amplio campo de estudio de la agricultura que me llevó a apasionarme en las ciencias, tuve la oportunidad de conectar con compañeros de diferentes partes de Honduras y también culturas de otros países”.

 

En este proceso no todo fue sencillo, pues también le tocó librar batalla hasta culminar su carrera universitaria “mi responsabilidad era estudiar, el programa tiene dos jornadas, una en el salón de clases y otra en el campo. Esto en ciertas ocasiones me generó estrés y dificultad para concentrarme. Durante la pandemia de la Covid-19, llevé clases en línea, desde marzo 2020 hasta mediados de 2021”.

 

Pero también disfrutó de momentos gratos como cuando les tocó la rotación en el módulo de fruticultura, pues era el tiempo de cosecha de mandarinas, “recuerdo que la instructora nos llevaba a la plantación a trabajar, y yo muy feliz porque con mis compañeros llevábamos sal y aprovechábamos para comernos estas frutas mientras realizábamos las practicas”.

 

Confió que en un primer momento de Zamorano le atrajo por el programa de agroindustria alimentaria y aplicó para esta área de formación, pero luego en su tercer año, estando en tiempo de pandemia conoció de un proyecto de caja rural en su comunidad con la cría de aves ponedoras, esto le llevó a decidirse por el programa de ciencia y producción agropecuaria. “Carrera de la que me siento muy feliz y orgullosa haber estudiado”.

 

Formación en el extranjero


En enero de este año 2024 comenzó sus estudios en Estados Unidos, mediante una beca de estudio y, además, le permiten trabajar para cubrir sus gastos de manutención.

 

Su día a día se rige según los compromisos académicos, pero por lo general, por las mañanas asiste a la universidad y luego deja un tiempo importante para su proyecto de investigación, “y ahora estamos por iniciar un proyecto, así que vamos a la granja experimental a trabajar”.

 

Por la tarde regresa a su apartamento para luego encaminarse al gimnasio, pues disfruta de los momentos de ejercicio físico, luego al retornar a su habitación se dedica a las tareas y ya más entrada la noche a descansar.

 

Reveló que en la universidad no es la única hondureña que cursa su carrera “afortunadamente hay más estudiantes hondureños que estudian esta carrera y algunos ya graduados que estoy segura hacen una excelente representación en la industria y academia. El profesor con el que trabajo es de Santa Bárbara, Honduras”.

 

De su experiencia estando fuera de su patria dijo que lo más difícil ha sido estar lejos de su familia.

 

Sueña con volver a Honduras

Su nacimiento quedó registrado en La Esperanza, Intibucá, un 18 de diciembre del año 2000, pero su lugar de residencia fue la aldea El Carmen, perteneciente al municipio de Camasca, el cual se encuentra en la parte sur del departamento de Intibucá.

 

Sus padres son Reyna Marina Guzmán, y José Próspero Guzmán. Su mamá es ama de casa, y la describió como una madre amorosa, trabajadora y dedicada a su familia y de su papá reveló que es una persona empática y solidaria, quien a través de las labores campesinas y de albañilería ha logrado siempre ser el principal proveedor del hogar.

 

Ella es la más pequeña de los ocho descendientes de su familia nuclear. Sus siete hermanos; Eda Sobeyda, David Anael, Leonel Abraham, Esteban Isaí, Ever Naum, Luz Marina y Josué Próspero siempre le cuidaron por ser la menor de la casa.

 

En su memoria esta presente su vida infantil, aquella que transcurrió una comunidad rica por su patrimonio cultural y natural, la que recorría a pie por entre los angostos caminos de tierra con sus casas de adobe.

 

“De niña me inspiré en mis maestros de la escuela, y decía que yo quería ser profesora, para enseñar a los demás”, contó para continuar su relato sobre sus primeros años de vida.

 

Y fueron sus primos y vecinos los que a diario le invitaban a descubrir el inigualable mundo que ofrecía su comunidad rural, recorriendo con sus pasos o tan solo con la vista las verdes y productivas tierras de la zona, territorio que además les permitía encontrarse a diario con oportunidades para desarrollar su creatividad en su máximo esplendor.

 

En las temporadas de siembra o cosecha de granos básicos, que eran los principales cultivos familiares, era la encargada de recorrer a pie la distancia entre su casa y las parcelas para entregar raciones de alimentos a su papá y hermanos.

 

De vez en cuando también se involucró en las jornadas de recoger la producción. “Desde pequeña aprendí lo que costaba obtener las cosas, y con ello, a ser agradecida con lo poco que teníamos”.

 

En su vida de aprendizaje, además, desde muy pequeña se le enseñó a procesar el maíz para volverlo un producto de consumo como; las tortillas, los tamales o en el caso del café a tostarlo y molerlo para luego colarlo usando una bolsa de tela.  

 

A nivel comunitario fue participé de las manifestaciones de fe, al celebrar fechas festivas de los Santos mismas que “siguen siendo un medio para conectar con nuestra fe y raíces”.

 

Apreciar en diversos momentos la forma de construcción de las casas de la localidad haciendo uso de materia prima como los adobes y luego repellarlas con tierra preparada para este fin, son también parte de los recuerdos que atesora de su niñez.

 

Sin dudar su historia en el mundo del conocimiento es una lámpara de esperanza e inspiración para los jóvenes que, como ella, luchan a diario por alcanzar sus metas a pesar de las adversidades.

 

En corto

¿En la actualidad cuál es su mayor aspiración?

Gracias a Dios, mi familia y todas las personas que han creído en mi formación, hemos culminado nuestros estudios universitarios. Ahora me estoy preparando en una especialización y aspiro posteriormente llevar lo que he adquirido en mi formación a sumar positivamente en la sociedad.

 

¿Qué pasatiempos tiene?

Me gusta mucho los deportes, esta es la manera en que logro desconectarme de mis tareas diarias, actualmente en mis tiempos libres suelo salir a correr o ir al gimnasio.

 

¿Cómo se describe usted?

Me considero una persona resiliente y con la necesidad permanente de escudriñar entre las fuentes del conocimiento.

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