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  • Foto del escritorHonduras Trascendental

Prominente neuróloga hondureña promueve la amabilidad como fármaco para la salud mental


La especialista Claudia Elizabeth Amador Vásquez es la coordinadora del primer grupo de apoyo en español del capítulo de Illinois de la Asociación de Alzheimer.



Durante 15 años laboró en el Hospital Escuela y en centros de asistencia privada como especialista en neurología y enfermedades neuromusculares.



Tegucigalpa. Una dosis de amabilidad y un comprimido de cercanía, sumado a una prescripción individual y dinámica, es la fórmula que aplica la destacada neuróloga hondureña Claudia Elizabeth Amador Vásquez para crear un vínculo especial con sus pacientes.


Por ello, los enfermos que ha conocido durante su carrera médica al solo cruzar el umbral de su consultorio le dicen adiós a los nervios, ya que llegan confiados en que recibirán un trato diferente y con calidez por lo que de manera espontánea deciden contarle sobre cada una de sus dolencias.


Y es precisamente lo que ella busca lograr con cada relación que surge entre paciente y médico -entenderlo, y hacerlo describir de una forma profunda sus síntomas, es de suma importancia, porque de ese primer paso depende el diagnóstico y el tratamiento a seguir-.


En el caso de que un paciente no exprese todo lo que siente ante su padecer la especialista lo valora como un fracaso médico, pues considera que su profesión requiere ir más allá del diagnóstico clínico.


-Se debe escuchar, interrogar y palpar, para luego lograr dibujar, como en un mapa, el sistema nervioso del enfermo hasta identificar el daño y la causa con una mayor precisión-.


Legado en Honduras y Estados Unidos



Centrada en la atención de los enfermos con afecciones en el sistema nervioso central y periférico (cerebro, médula espinal, músculos y nervios) permaneció durante más de 15 años en hospitales del país.


La consulta externa del departamento de Neurología del Hospital Escuela fue su centro de trabajo por más de una década, además de prestar servicios en centros asistenciales privados.


En esos años de experiencia laboral, en el territorio nacional, así como disfrutó de logros tan importantes como la apertura de la Clínica de la Memoria, la cual fue habilitada por su iniciativa, también pudo palpar de cerca las carencias del sistema sanitario nacional.


Sin embargo, nunca se negó a atender a los pacientes sin importar su condición neurológica y el reto que eso implicaba, ante la escasez de medicamentos o métodos de diagnóstico que le permitieran profundizar en la causa de enfermedades neurodegenerativas, neuromusculares y genéticas.


-Ese trabajo me consumió, me quemó y me hizo sentir defraudada y frustrada...-


Esos sentimientos eran generados al recetar fármacos que los pacientes no recibirían en la farmacia del sanatorio público, y ni fuera del hospital por el alto costo que significarían adquirirlos, pues eran medicinas para tratar síntomas de Parkinson, Esclerosis Múltiple o Alzheimer.


También se sumaba a su desilusión pensar en que medicamentos especializados para tratar estas condiciones de salud nunca llegarían al país.


Por turno atendía un promedio de 20 pacientes, 60 entre los tres neurólogos que en aquel momento formaban parte de los especialistas en esta rama médica, del centro hospitalario capitalino.

-Los compatriotas que asisten al Hospital Escuela tienen derecho a ser tratados de una manera digna y con respeto, la dignidad de un enfermo empieza en brindarle opciones para su diagnóstico y tratamiento, me frustra que no haya opción, ni respeto por el ser humano que sufre-.

Ante esto decide salir del país, hace seis años, para radicarse junto a su único hijo, José Ramón en los Estados Unidos, donde trabaja como educadora para familiares de pacientes con demencia de Alzheimer.

Para alcanzar este reconocido puesto de trabajo, primero se ofreció como voluntaria y por su alto desempeño fue contratada como la coordinadora del primer grupo de apoyo en español del capítulo de Illinois de la Asociación de Alzheimer.


Migrante y la amabilidad




¿Por qué dice que es promotora de la amabilidad?, -porque ser amable abre caminos, puertas, relaciones, esperanza, abre el amor por el prójimo y por la vida-.


A su descripción de la amabilidad la experta le suma que es una habilidad cognitiva que surge del resultado del pensar, razonar, crear, imaginar y soñar.


-La amabilidad al extenderse hacia la persona con la que se interactúa generara una acción positiva como el sonreír, que además desencadena flexibilidad en los músculos del rostro del cuerpo, liberación de endorfinas y eso da salud al cerebro-.


De acuerdo con la doctora Claudia siendo migrante de Chicago ha podido comprender como una sonrisa es un acto de amabilidad, y por ende un proceso curador que de usarse a diario no habría tanto sufrimiento o al menos el dolor sería menor.


¿Pero hay que ser amable para triunfar en la vida? -sí, claro que sí, la amabilidad genuina logra triunfos no en el plan dinero, sino en triunfos en relación a logros profesionales, intelectuales, familiares, sociales y aún políticos, pero repito genuina amabilidad-. Como profesional de la neurología, además le ha llevado a entender que una simple sonrisa lleva todo un proceso en el cerebro, -con inclusión de vías, áreas y aún en procesos bioquímicos, es tan complejo que me gusta y me apasiona eso, no es una tarea fácil, pero es tan profundo y el resultado de analizarlo es maravilloso-. Antes los recuerdos tristes de acuerdo con la connotada neuróloga la mejor medicina es enfrentarlos, aceptarlos y aprender a manejarlos.

-Si es algo que involucra solo el sentimiento tristeza, pero sin trauma físico o psicológico, enfrentarlo es lo mejor eso será la medicina-.

¿Cómo se logra vivir feliz?




De acuerdo con la doctora Claudia para alcanzar la felicidad es importante estimular el cerebro cada día, con imágenes que denoten felicidad, con colores alegres para promover ese bienestar desde el momento en que la vista capte elementos que denoten alegría.


Por ejemplo, ese tipo de imágenes que evocan un recuerdo, pensamiento, y reacciones positivas, de empatía, generosidad, solidaridad de mentes maravillosas capaces de hacer algo extraordinario.


-Ahí está la importancia de nuestro proceso cognitivo bien desarrollado y manejado-.


Logros académicos



Tres meses antes de que el hombre pisara la luna por primera vez, Santiago David Amador e Isabel Vásquez recibían a su segunda hija, a quien dieron como primer nombre Claudia, con fecha más precisa el 23 de abril de 1969.


Su primer registro de nacimiento fue marcado en los archivos del Hospital Materno Infantil, en el otro extremo del nosocomio, donde décadas después ofrecería sus conocimientos médicos, luego de graduarse del Instituto de Neurología y Neurocirugía de la Habana, Cuba.


-Soy especialista en neurología con un fellow en enfermedades neuromusculares, carrera que -sacó lo mejor de mí-, esto en referencia a que durante la primaria, secundaria y sus primeros estudios universitarios no alcanzó las mejores calificaciones.


La Escuela Evangélica, al interior de la Iglesia Santidad, ubicada en el centro en Tegucigalpa, fue donde cursó sus estudios primarios y en ciudad universitaria logró su título como médico general.


Su vocación hacia la medicina surgió por su deseo de ayudar a otras personas inspirada además en su pediatra el doctor Carlos Godoy Arteaga, ya fallecido.

Luego se interesó por la neurología porque le parecía algo muy complejo, y no había en ese momento en el país mujeres dedicadas a esta rama de la medicina, y también representaba la oportunidad de salir a estudiar fuera del país.


-Yo fui la primera neuróloga del país, esto lo digo solo para estadística...ja, ja, ja, ja-.

Pero su pasión por esta especialidad se fortaleció mientras avanzaba en su formación, -realmente me enamoré de la materia, era interesante ver como las enfermedades se desarrollan y la forma como interfieren e impactan en la vida del que sufre un daño del sistema nervioso-.


También -me apasiona entender que el cerebro es tan complejo y el daño que sufre se manifiesta de mil formas, y aunque la mayoría de estas enfermedades no se curan, aliviar el sufrimiento con el entendimiento de la enfermedad hace la carga más ligera-.


Por sus conocimientos ha logrado varias publicaciones en medios de comunicación nacional relacionados con su formación y desempeño profesional.


Además impulso el primer curso sobre enfermedades neuromusculares, con la llegada del doctor Reinaldo Mustelier Bécquer, del Instituto de Neurología de Cuba, el cual fue editado para estudiantes, residentes y público en general.


Los casos que presentaron en el curso estaban basados en casos reales de pacientes hondureños, entre niños y adultos, logrando la recuperación de casos impactantes.



Otro mundo




¿Prefiere trabajar por su cuenta o en equipo?, -me gusta el equipo, pero es difícil encontrar gente con la cual hacerlo. Si el grupo está en sintonía es maravilloso, porque se alcanzan grandes victorias y resultados-.

En el caso de presentársele la oportunidad de trabajar en Francia, le encantaría trabajar en el Hospital Pitie Salpetriere, un sanatorio público donde se desarrolló uno de los grandes neurólogos de la historia Jean Martin Charcot, donde conoció el mundo de las patologías crónicas y degenerativas relacionadas con la pérdida de la fuerza muscular.


En este país reconocido por sus vinos y la gastronomía sofisticada-tuve el privilegio de asistir a un curso de miología donde aprendí y conocí otro mundo de las enfermedades neuromusculares-.

Recuerdos que evocan una niñez feliz



Durante su niñez, su papá Santiago, licenciado en administración de empresas, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y diputado, siempre estuvo al pendiente de sus necesidades y de demostrarle su afecto, y su mamá Isabel, licenciada en derecho, trabajadora social y maestra, fue la encargada de disciplinarla.


Pero quien se encargó de sus mayores cuidados fue su abuelita materna, María Vásquez, quien se quedaba a cargo mientras sus padres trabajaban.

-Nos cuidaba a los tres como tesoros preciosos, recuerdo que nos ponía a hacer siesta por las tardes y al despertar siempre había una merienda un pan tostado con mantequilla, un pan dulce o algo delicioso para comer-.


También -nos llevaba a un cerrito cercano a jugar todos los días-


-Mi abuelita María fue un ejemplo a seguir que me acompaña hasta el día de hoy. Una mujer que no tuvo la oportunidad de asistir a la escuela, y que desde niña conoció a Dios ya que unas misioneras estadounidenses le enseñaron a leer en la Biblia, a cocinar, hacer pasteles y pan muy especial-.


La misma persona que era todo amor, pero rigor a la vez. -Ella nos inculcó siempre estudiar…y al mismo tiempo nos enseñó a hacer todo lo que se hace en una casa-.

Ejemplo y cómplices


Otro de sus ejemplos a seguir es su hermana mayor Leda, pues asegura que es una mujer que personifica a la palabra perseverante y persistente. –Es un gran ejemplo para mí en lo que respecta a no renunciar y a no rendirse, mi apoyo en estos últimos años-


Por su parte, su hermano menor David Salomón, es con quien -siempre compartimos secretos y además ha sido su cómplice, un gran padre y ejemplo de sacrificio-.


Durante las vacaciones junto con sus hermanos eran trasladados por sus progenitores a los pueblos donde habían nacido sus abuelos y los fines de semana disfrutaban de los parques La Concordia y Aurora.


Sus mejores días



Entre sus mejores días la doctora Claudia mantiene el momento en que nació su hijo, José Ramón, el niño que es la luz de sus ojos y a quien busca heredarle un mundo amable.


Por esta razón aseguró que su mayor legado para su único retoño es que le ha enseñado a quererse amando y cuidando su cerebro, -él sabe que la música, la lectura, el arte y el ejercicio forman parte de esa inversión para el cerebro-.


En esos días felices están también los momentos en que vio sonreír a su abuela materna y a su padre- eso es algo tan real en mi mente que cada vez que pienso en sus rostros y su sonrisa me salen las lágrimas-.


Esos momentos que si pudiera los congelaría para mantenerlos -hasta mi último día de vida en mi cerebro, para que no se vayan nunca, por eso soy parte de la lucha contra el Alzheimer para mantener activa la memoria-.


Sin olvidar la importancia de sonreír, saludar, colaborar, la empatía, hacer algo por los demás y siempre dar las gracias, mismas que ofrecemos desde Honduras Trascendental por concedernos esta maravillosa entrevista.




Expresiones


La amabilidad es una habilidad cognitiva como resultado del pensamiento, del razonamiento, del crear, del soñar e imaginar que provoca una reacción extendida de la persona con la cual se interactúa.


Ser amables es una habilidad que debemos reflejar para desencadenar acciones positivas.


Hay que sonreír para flexibilizar nuestros músculos del cuerpo, seamos amables.





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