El año pasado obtuvo el reconocimiento como el mejor atleta de Taekwondo por parte de la Confederación Deportiva Autónoma de Honduras-CONDEPAH. Mide 1,75 metros de estatura y pesa 79 kilogramos.
A la fecha ha conquistado grandes triunfos, sin descuidar sus estudios académicos. También trabaja como instructor en la Academia de Taekwondo Alpha & Omega.
Tegucigalpa. Es dueño de una madurez edificante. Un joven promesa nacional que desde su niñez ha sabido lo que es vencer obstáculos para alcanzar sus sueños como atleta y ser humano.
Es un hondureño que aprendió las técnicas de dar puños y patadas como disciplina deportiva a los cuatro años de edad, convirtiéndole en un talento precoz del Taekwondo nacional.
Tiene 19 años y acumula más de 80 medallas que representan su vida en competencias nacionales e internacionales.
De oro, plata y bronce son las insignias que guarda en casa y que le han permitido subir al podio cada vez que recibe un reconocimiento por su destacado talento.
Con una apasionante historia en el arte marcial y metas por cumplir, el medallero nacional, Daniel Emir Martínez Pavón no deja de entrenar confiando en que llegará a participar en una competencia olímpica.
Logros de campeón
Siendo un adolescente de 14 años, Daniel conquistó su primer campeonato internacional al participar en juegos panamericanos que se desarrollaron en Costa Rica en 2017 quedando como campeón panamericano para Honduras en categoría cadete.
“Ese fue mi primer campeonato grande donde gané mi primera medalla panamericana”, expresó el joven orgullo nacional.
Luego cuatro años después gracias a su brillante participación ganó una medalla de bronce en los Juegos Panamericanos Junior, que se celebraron en Cali-Valle al vencer por puntos 17-14 al puertorriqueño José Luis Olmo.
“Logré también una medalla panamericana de oro, a nivel de cadetes en los juegos panamericanos sub 21 que se llevaron a cabo en Cali, Colombia”, dijo.
Por sus logros permanentes el año pasado fue reconocido como el mejor atleta de 2021 en la disciplina de Taekwondo por parte de las autoridades de la Confederación Deportiva Autónoma de Honduras-CONDEPAH.
Rutina en competencia
En los momentos en que no se prepara para competir y tan solo sigue la rutina de entrenos dedica dos horas cada día a los ejercicios de rutina. Este horario se duplica cuando se acercan torneos sean nacionales o internacionales.
También cuida de su peso y varía según lo que exija la competencia, “a veces son dietas para aumentar peso y en otras ocasiones para disminuirlo”.
Y es que debe prepararse para potenciar sus alcances que van más allá del uso de los pies y piernas, utilizando una amplia variedad de técnicas de ataque y defensa donde también debe incluir esfuerzo con los puños, codos y rodillas.
El atleta hondureño sabe que sus triunfos dependen de la forma en que patee y golpee a su oponente o por el contrario los bloqueos para evitar ser atacado, enmarcado siempre en las reglas de su amada disciplina deportiva.
Esa rutina del día a día cambia en los momentos en que se vuelve participante de un torneo, y antes de entrar a una presentación dedica unos minutos a relajarse escuchando alguna melodía y duerme unos minutos, para luego realizar estiramientos.
“Al entrar al área de la competencia me encomiendo a Dios mediante una oración y hago lo mismo después de mi participación”, contó.
Para competencias internacionales ha tenido que viajar a unos siete países donde ha dejado una buena impresión tanto de los jueces como en los competidores rivales.
Lesiones y llanto por el deporte
Dentro de sus aspiraciones como atleta también le gustaría formarse fuera de las fronteras patrias, sin olvidar el apoyo que ha recibido de sus entrenadores “a pesar de no tener el apoyo que corresponde, siempre nos esforzamos y logramos que a nivel internacional se reconozca a Honduras”.
Pese a no practicar otras disciplinas aseguró que le gusta el baloncesto, la natación y el boxeo. También confió que le fascina viajar, escuchar música además de pasar tiempo con su familia y amigos.
En sus momentos difíciles como deportista destacó las repetidas ocasiones en que se ha enfrentado a lesiones, “me he roto los ligamentos del tobillo, esguinces, y también fracturas”, pero que al cabo de unos meses vuelve con más empeño a los entrenos, olvidándose de los momentos de dolor físico y psicológico al permanecer fuera de su rutina como atleta.
Además aseguró que como parte de las vivencias en el mundo deportivo también le ha tocado llorar por el Taekwondo, tanto por alegría como por tristeza. “El deporte es algo lindo y maravilloso. Sin embargo tiene sus momentos difíciles como alejarse de la familia, y amigos”.
Como parte de esos momentos de lejanía familiar “he tenido pérdidas familiares en las cuales no he podido estar ni en la agonía, ni en vela, ni entierro. En ocasiones por estar de viaje en competencias o algo que involucre el deporte”.
Esfuerzo permanente
En su vida no todo ha sido fácil, y para alcanzar sus metas deportivas le ha tocado sacrificarse desde muy jovencito.
Su rutina diaria es un poco ajetreada. A las 6:00 de la mañana acude a los entrenamientos con la selección nacional de Taekwondo.
“Luego tengo clases de 10:00 a 12:00 del mediodía. En ocasiones tengo otro horario de entrenamiento a las 2:30 de la tarde. Por la noche tengo otras clases de la universidad de 6:00 a 9:00 de la noche”, explicó el capitalino.
“Siempre he pensado que todo lo que uno quiere lo puede lograr si realmente lo anhela y pone empeño en ello. Gracias a Dios he logrado grandes actuaciones en diferentes competencias”, expresó Daniel.
En la actualidad, a la par de ganar la excelencia en su vida como atleta también se esfuerza por culminar su carrera universitaria pues cursa la licenciatura en terapia física y ocupacional en el Centro Universitario Tecnológico-CEUTEC.
Para costear sus estudios trabaja los jueves, sábados y domingos en la Academia de Taekwondo Alpha & Omega, que es de su papá, pero que por trabajar estos días gana un salario.
En esta Academia se dan clases a niños, jóvenes y adultos, grupos que puede instruir por sus conocimientos como deportista y su experiencia siendo un cinturón negro IV Dan. “Contamos con muchos atletas y nuestro espacio funciona en el primer nivel de Mall Premier”.
Vida familiar
El 23 de enero de 2003 es la fecha en que Daniel llegó al mundo, heredero del hogar conformado por Olvin Raúl Martínez y Dora Lucía Pavón.
Sin embargo, su abuela paterna ha sido su mamá de crianza desde que él tenía tres años y junto a su progenitor les considera las dos personas que han sido fundamentales para ser lo que es hoy en día.
“Ellos dos son mis pilares que me han ayudado a construir mi presente y mi futuro”, agregó.
Y fue su papá quien le inculcó este deporte vistiéndole con el traje dobok que está compuesto por tres prendas: pantalones que simbolizan la tierra, la chaqueta que representa el cielo y el cinturón que representa al hombre.
Tiene tres hermanos, dos varones y una niña, pero es el único que practica el Taekwondo.
Niñez en la capital
Su niñez la disfrutó en su ciudad natal Tegucigalpa y aunque aseguró que no le sobraban los lujos, tampoco vivió en la escasez, ya que su padre siempre le trató de dar lo mejor.
Como parte de sus vivencias infantiles contó que en una ocasión junto con un primo decidieron emprender como vendedores ambulantes ofreciendo ligas para el cabello, iniciativa que surgió casi como una travesura pues no le informaron a ninguno de los adultos de su casa.
“No teníamos la necesidad de hacerlo, pero la locura de dos primos/hermanos nos llevó a eso, éramos muy pequeños y nuestra familia nos buscó por todos lados”, recordó como parte de sus anécdotas infantiles.
De aquel susto que le dieron a sus familiares aprendieron a nunca más escaparse a la calle con sus inventos de vendedores, pero si conocieron los regaños y consejos para no desear volver a dedicarse a las ventas en las calles.
Mensaje para los atletas nacionales
"El deporte es el único antidepresivo gratis". El deporte ayuda en diversas etapas de la vida y abre nuestra mente a pensamientos totalmente diferentes.
Y en lo personal algo que me llena de alegría es representar a mi país en cualquier competencia deportiva.
Por ello, no quiso desaprovechar la oportunidad de enviar un efusivo saludo motivacional para todos los atletas del país para que no se rindan y luchen por lo que quieren.
“En países como el nuestro las oportunidades son escasas, por ello debemos esforzarnos el doble o el triple hasta alcanzar el reconocimiento que merecemos, pero vale la pena escuchar las notas del Himno Nacional de Honduras cuando nos paramos en el primer lugar del pódium sin importar lo duro que haya resultado”, concluyó.
Por su perseverancia, entrega y esfuerzo permanente Daniel forma parte de las historias de vida que presentamos en este espacio dedicado a los hondureños que enaltecen a nuestro país denominado: Honduras Trascendental.
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